El GP de Indonesia de MotoGP tuvo emociones de todos los colores y para todos los gustos, y durante todo el fin de semana las opiniones de los pilotos se han sucedido para lamentar el estado de salud de un trazado que podría llegar a resultar peligroso y que dificultaba mantenerse en vertical en el asfalto.
Además, días antes de la celebración del Gran Premio se rumoreó con la posibilidad de que, en Indonesia, se utilizaran toneladas de sal en puntos altos para provocar la lluvia e impedir que ésta llegara hasta el circuito, con un método desconocido para muchos pero, según los propios autóctonos, efectivo.
No pudo ser. La lluvia hizo acto de presencia minutos antes de la carrera de la categoría reina y, debido a las inclemencias meteorológicas, la carrera de MotoGP se tuvo que posponer más de una hora. La pista estaba completamente mojada y pilotar en esas condiciones resultaba realmente complicado.
Sin embargo, y para sorpresa de los allí presentes, Indonesia tenía otro plan para detener la lluvia. Con los equipos en los boxes preparándose para un nuevo horario de carrera y tratando de resetear lo realizado hasta el momento en un fin de semana en el que se llegó a rodar en condiciones de pista totalmente seca, una mujer con un cuenco se convirtió en un método infalible.
Con un casco y un cuenco de agua, además de algunos palos, la mujer gritaba al cielo y golpeaba el cuenco. El objetivo, previsiblemente, era llegar el cuenco de agua para así detener la lluvia y que la carrera se pudiera llevar a cabo sin demasiados sobresaltos.
A pesar de la poca credibilidad que la cultura occidental le pudiera dar a este tipo de actos, el plan autóctono en Mandalika seguía su curso. Pol Espargaró, que se encontraba siendo entrevistado por DAZN en el momento en el que la protagonista avanzaba por el pit lane, no podía contener la risa.
El piloto de Honda se encontraba dándole explicaciones a Izaskun Ruiz sobre los neumáticos que Michelin llevó al GP de Indonesia cuando la mujer en cuestión llamó su atención y todo el paddock salía a contemplar, en directo, el ritual de Indonesia.
Lejos de no provocar ninguna reacción, sorprendentemente para los pilotos de MotoGP, el ritual llevado a cabo por los indonesios funcionó y la lluvia remitió al paso de la mujer por el trazado de Mandalika, en lo que fue una grata noticia para todos.
Con la lluvia detenida y las máquinas trabajando para adecentar la pista en el mínimo tiempo posible, la parrilla de la categoría reina se preparó para comenzar una carrera en la que resultaba muy difícil realizar pronósticos por lo complicado que resultaba controlar la moto en un trazado tremendamente resbaladizo.