Jaime Alguersuari no olvida sus inicios en la Fórmula 1. El catalán, uno de los protagonistas de la última entrega de 'True Driver', recuerda que en 2005 se acabó su adolescencia tras firmar su primer contrato con Red Bull. "Sólo querían construir una máquina de matar", resume en declaraciones al programa de DAZN.
"En 2005 yo firmé mi primer contrato con Red Bull y a partir de ahí se acabó mi adolescencia. Sólo querían construir una máquina de matar. Si no te echan, fuera, te echan. Max lo consiguió antes porque su padre lo construyó así desde que tenía siete años. Es la tónica y la educación que quiere Helmut Marko".
Alguersuari siempre tuvo claro que no era "la niña de mis ojos de Red Bull", ya que Brendon Hartley partía como favorito para la escudería por aquel entonces. La presión que tuvo que soportar en esos primeros años del Siglo XXI es algo que, casi dos décadas después, no ha olvidado.
"Nunca fui la niña de mis ojos de Red Bull porque tenía un compañero, Brendon Hartley, que en ese momento era el favorito. Me acuerdo en 2008, que corríamos la Fórmula 3 inglesa los dos y a mí solo me servía una cosa, que era ganar el campeonato. Se hubiera acabado ahí mi carrera deportiva. Lo tengo clarísimo. Helmut me llamaba y me lo decía. Esa presión que quieren meter en los pilotos para que puedas gestionarla para el día que te subas en un coche para ganar un Mundial y no falles".
La decisión que lo cambió todo para Alguersuari: "Me quería morir"
DAZN
Jaime Alguersuari aterrizó en la Fórmula 1 con la ilusión de un niño y el sueño de poder hacer algo grande en uno de los deportes más importantes del planeta. Sin embargo, la travesía tuvo demasiados baches y pocas alegrías.
El catalán es uno de los protagonistas de la última entrega de 'True Driver', el programa de DAZN que nos permite bucear de forma bastante profunda en el mundo del automovilismo.
Jaime Alguersuari era piloto de Red Bull. A los 21 años, tuvo la oportunidad de fichar por Renault, pero confió en hacer una temporada más en Toro Rosso y así a la siguiente aterrizar en Red Bull, la escudería que parecía ser la meta deseada por él. Lo que sucedió después acabó por dinamitar su carrera en la Fórmula 1.
"Cuando tenía 21 años, mi última temporada de Fórmula 1, tuve una oportunidad de irme con Renault. Yo podía hacerlo porque mi contrato se acababa ese año, pero la decisión era difícil. No firmé ese contrato, dejé escapar esa oportunidad confiando que haríamos una temporada más en Toro Rosso y el año siguiente pasaría a correr con Red Bull Racing. Fue un error y lo pagué carísimo".
"Ni yo ni nadie nos esperábamos que se esperaran hasta el último día de diciembre para echarnos del equipo de aquella manera y sin oportunidad de firmar con ningún equipo que tuviera un coche mínimamente decente. Me quería morir porque encontré un vacío y no entendía que el vaso era medio lleno. Lo veía todo vacío".
"No le guardo ningún rencor ni a Helmut Marko, ni a Christian Horner, ni a toda la gente que, supongo, que en su día se sentaron en una mesa y decidieron que estaba fuera. Cuando pasa el tiempo ves el vaso medio lleno y no medio vacío. Todos los pilotos de Fórmula 1 tenemos que agradecer a alguien que ha creído en nosotros y ha apostado por nosotros".