El Gran Premio de Canadá de 2011 fue una de las carreras más emocionantes y dramáticas en la historia de la Fórmula 1.
Después de cuatro horas en el coche, el británico Jenson Button se alzó con la victoria, logrando una hazaña épica en un evento que puso a prueba a los pilotos hasta el límite.
Así fue la victoria de Jenson Button en el GP de Canadá de 2011 tras cuatro horas: "¡Una carrera infernal!"
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Button, quien había ganado el Campeonato Mundial de Fórmula 1 en 2009, estaba en el segundo lugar en la clasificación general antes del Gran Premio de Canadá de 2011. La carrera en Montreal es conocida por ser una de las más difíciles del calendario de la Fórmula 1, con su pista urbana y sus características únicas que hacen que sea un desafío para los pilotos.
La carrera comenzó con una serie de accidentes y incidentes que obligaron a la dirección de carrera a sacar la bandera roja en la vuelta 25. Button, que había comenzado en el séptimo lugar, había evitado la mayoría de los problemas y había subido al tercer puesto antes de que se detuviera la carrera.
Después de una interrupción de dos horas debido a la lluvia, la carrera se reanudó, con Button en la tercera posición detrás del líder de la carrera, Sebastian Vettel, y del segundo clasificado, Fernando Alonso. Pero Button rápidamente se puso en acción y comenzó a presionar a los líderes.
En la vuelta 37, Button, que tuvo que hacer un drive trough por exceso de velocidad durante el periodo de coche de seguridad que le llevó al fondo de la parrilla, se puso en segundo lugar detrás de Vettel tras sobrepasar, en el final de la carrera, a Michael Schumacher y Mark Webber mientras ambos pugnaban por la segunda posición.
A pesar de las dificultades, Button seguía presionando a Vettel y acabó lanzándose a la caza del alemán, que había disfrutado de una carrera tranquila y sin obstáculos. En cualquier caso, en la última vuelta, el piloto que defendía el título vio a Button llegar por los retrovisores.
Fruto de la presión, Vettel cometió un error que dejó la victoria al alcance del británico. La presión constante del piloto de McLaren rindió sus frutos y logró asegurarse la primera de sus tres victorias en esa temporada.
En aquella tarde, Button pasó de encontrarse en la parte trasera de la parrilla a ganar la carrera, demostrando una de las remontadas más épicas en la historia de la Fórmula 1 en una carrera que duró más de cuatro horas. El británico vivió uno de sus días más destacados en la categoría reina del automovilismo, en el que se transformó de villano a héroe de una forma impresionante.