Cuando estalló el conflicto entre Ucrania y Rusia, las competiciones deportivas decidieron suspender cualquier actividad en Rusia, como la final de la UEFA Champions League, prevista en San Petersburgo, o el GP de Rusia de Fórmula 1, que se disputaría en Sochi.
Paralelamente, aunque días más tarde, una escudería con una fuerte inyección de capital ruso, Haas, decidió también prescindir de los servicios de Nikita Mazepin, ruso, y optar por buscar otro piloto principal que acompañara a Mick Schumacher pocos días antes del inicio del Mundial de Fórmula 1.
En ese contexto, Haas anunció que Pietro Fittipaldi, piloto probador, sería el piloto sustituto de Mazepin para los test de Baréin que se desarrollarían a mediados de marzo, una semana antes del arranque del Mundial.
Sin embargo, pocos días después la propia escudería se encargó de anunciar a Kevin Magnussen como sustituto del piloto ruso debido a que Fittipaldi no encontró los apoyos económicos necesarios para afianzarse en un asiento que necesita de un respaldo financiero importante toda vez que se había liquidado el contrato con Uralkali, empresa del padre de Mazepin y principal patrocinador.
La experiencia del piloto danés, que acompañaría a Mick Schumacher en el camino de una nueva edición del campeonato del mundo, llegaba a Haas para afianzar el crecimiento de una escudería que desechó desarrollar el monoplaza en 2021 para centrarse en la normativa de 2022.
Curiosamente, se da la situación que Haas decidió prescindir de los servicios del propio Magnussen para darle la alternativa a Schumacher y Nikita Mazepin, en una apuesta que no salió nada bien a tenor de los resultados cosechados durante la pasada edición del Mundial, en la que la escudería no logró sumar ningún punto.
En declaraciones a Motorsport, el danés reconoció en qué situación se encontraba cuando recibió una llamada que cambiaría su presente y su futuro más inmediato y ante la que no dudó ni un sólo instante.
"Gunther me llamó hace una semana, y yo estaba a punto de ir a Estados Unidos con mi familia para pasar unas vacaciones antes de Sebring".
"Decidí ir porque pensé ‘veremos si sucede o no'. Luego llegué a Miami y Gunther me llamó y me dijo 'lo haremos', así que volví".
"Había muchas cosas que había que arreglar. Tenía un contrato con Peugeot y con Ganassi para correr con ellos en Sebring en la carrera de 12 horas del próximo fin de semana. Pero fueron muy amables al dejarme fuera de ese acuerdo".
Una semana después de los test, Baréin acogió el primer Gran Premio de la temporada. La expectación era máxima y Haas había demostrado en los entrenamientos que el equipo no era, ni mucho menos, comparable al del año anterior.
La gran sorpresa llegó, primero, en el sábado de clasificación. Magnussen brilló y logró acceder a una Q3 que Haas ni siquiera pisó en 2021. Además, afianzó una meritoria séptima plaza en la parrilla de salida.
Al día siguiente, en un domingo de carrera monopolizado por el indudable éxito de Ferrari, con Charles Leclerc y Carlos Sainz al frente de la clasificación, Magnussen no se arrugó y demostró que el monoplaza de 2022 permite pelear en las posiciones más altas de la parrilla.
Y es que el danés supo defender durante gran parte de la carrera una séptima plaza que le hacía sumar muchos puntos en una primera prueba emocionante, aunque lo mejor llegaría al final.
En los últimos instantes de la carrera, dos abandonos de los dos coches de Red Bull por problemas mecánicos, y que marchaban por delante del Haas, motivaba que Magnussen accediese a una quinta plaza que le daba 10 puntos y una gran sonrisa.