Kimi Raikkonen es uno de los pilotos más extravagantes de la historia de la Fórmula 1. El finlandés, conocido como el 'hombre de hielo', nos ha regalado grandes momentos dentro y fuera de la pista desde que llegó al Gran Circo en 2001.
Campeón del mundo con Ferrari en 2007, Raikkonen disputó el año pasado su último Mundial de F1 y dejó un gran vacío tanto en el paddock como en los corazones de los aficionados, a los que se ha ganado gracias a su peculiar carácter.
El piloto finlandés es el protagonista de una nueva entrega de 'Fuera de pista' en DAZN, donde analizamos su trayectoria en la Fórmula 1.
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En los 20 años que lleva compitiendo en la F1, Kimi nos ha deleitado con adelantamientos, batallas y triunfos épicos. El finlandés tiene un estilo de pilotaje rápido y agresivo, pero si por algo se ha caracterizado en todo este tiempo es por su forma de ser. Tímido, pero con carácter fuerte, siempre ha dejado claro cuándo algo no le ha gustado. Enfados por radio, en rueda de prensa, e innumerables anécdotas que ya forman parte de la historia del automovilismo.
Una de las más sonadas ocurrió en el GP de Mónaco de 2006. Raikkonen llegaba al circuito de Montecarlo tercero del Mundial con la mitad de puntos que Fernando Alonso, líder y posterior campeón esa temporada. El piloto asturano salía desde la pole ese fin de semana y el finlandés lo hacía desde la tercera posición por detrás de Mark Webber.
Kimi, que entonces pilotaba un McLaren, adelantó a Webber en la primera vuelta y comenzó un duelo con Fernando Alonso que se extendió hasta la vuelta 50, en la que tuvo que abandonar por un incendio en su monoplaza.
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El piloto finlandés aparcó su McLaren en la salida de la curva 8 y lejos de dirigirse al garaje junto a su equipo, decidió encarar el clásico túnel de Mónaco y llegar hasta la zona del puerto, donde se encontraba el yate de unos amigos suyos.
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Raikkonen subió a la embarcación con el casco y el mono puestos y al poco tiempo la televisión lo captó sentado en una mesa con el torso desnudo mientras conversaba con sus amigos.
Este momento recordó al protagonizado por Ayrton Senna en ese mismo escenario en 1988. El brasileño chocó con la pared antes de la entrada al túnel y puso rumbo al apartamento que tenía en propiedad en Mónaco para ver el resto de la carrera desde allí.