No era 2006, ni 2007, pero las gradas del circuit de Barcelona-Catalunya recordaban a aquellos años antes de que arrancase el Gran Premio de España 2022. Una carrera que estuvo a la altura de la ilusión mostrada por los 120.00 aficionados que acudieron a Montmeló y que soportaron estoicamente el calor que cayó sobre ellos.
Las altas temperaturas condicionaron las estrategias de todos los equipos, el asfalto rozaba los 50 grados y jugar a una o a dos paradas fue imposible debido a la alta degradación de los neumáticos. Los ordenadores de los ingenieros echaban humo y las decisiones del muro junto con el tino de los mecánicos en los cambios de neumáticos, tuvieron más protagonismo, fue la carrera más estratégica de la temporada.
Max Verstappen se crece en la adversidad
El piloto holandés es uno de esos pocos elegidos que puede sobreponerse a la presión más agobiante, lo tuvo todo en contra desde el inicio y tras una agónica carrera consiguió la cuarta victoria de la temporada, la tercera consecutiva y la segunda de su casillero particular en España.
La primera desventaja estaba en la parrilla, Verstappen salía en segunda posición, encajonado entre los dos Ferrari, Leclerc en pole y Sainz tercero. Cuando se apagó el semáforo el madrileño quedó descolgado, pero Leclerc salió como un disparo y no dio opción de ataque al Red Bull.
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Leclerc se escapó muy pronto y su ritmo de carrera inigualable, mientras Verstappen se salía por la grava, víctima de una racha de viento en la curva 4 y perdiendo dos posiciones con Russell y Pérez.
El muro ordenó al mexicano abrir paso a su compañero y cuando se olía el ‘undercut’ de Verstappen a Russell, en Mercedes reaccionaron metiendo a Russell en la misma vuelta que el Red Bull, manteniéndose delante. Buena jugada de los alemanes.
Comenzó la persecución de Verstappen a Russell, ambos con gomas nuevas pero con un DRS intermitente para el holandés, en unas vueltas se abría, en otras no y en otras a medias. En una de las que sí, Verstappen se lanzó con todo en la recta adelantando a Russel en la curva 1, pero el inglés no cedió un palmo, mantuvo el exterior de la 1 para ganarse el interior de la 2 y devolver el golpe. Una defensa tan brillante como sorprendente, la mejor maniobra de George Russel hasta la fecha en Formula 1.
A mitad de carrera el Ferrari de Leclerc dijo basta, el monegasco tuvo que abandonar y Russell se convirtió en el líder. Verstappen no podía con él en pista, así que Christian Horner recurrió a la estrategia, Max entró a su segunda parada mientras que su compañero Pérez con gomas más frescas y DRS si pudo adelantar a Russell.
Con los nuevos neumáticos Verstappen voló en pista, recortó la ventaja de Russell y hasta se lució con un espectacular adelantamiento a Bottas en la curva 12, una en la que no se suelen ver adelantamientos. Tras su tercero y último paso por el ‘pit lane’ Verstappen iba segundo solo por detrás de su compañero Pérez.
En Red Bull tienen las jerarquías muy claras y no dudaron ni un segundo en ordenar (de nuevo) al bueno de ‘Checo’ en que cediera la posición a Verstappen, no les faltaba razón porque Max iba más rápido, pero nos quedamos sin ver un duelo entre compañeros que podría haber sido todo un espectáculo.
Una carrera agónica, pero con final feliz para Verstappen y que le coloca como nuevo líder del mundial de Formula 1 con 6 puntos de ventaja sobre Leclerc. El campeonato de constructores también se da la vuelta en Barcelona, con este doblete Red Bull releva a Ferrari después de un Gran Premio para olvidar de los italianos.
Ferrari se viene abajo
Los coches rojos eran de nuevo los favoritos, las mejoras instaladas en Barcelona orientadas a dar un paso adelante en ritmo de carrera habían dado buenos resultados en los entrenamientos. Leclerc lideró todas las sesiones y se llevó una pole espectacular, mientras Carlos Sainz desde la tercera marca de la parrilla aspiraba también a todo.
Leclerc tuvo la victoria en sus manos desde la salida, abrió hueco con Verstappen y desplegó un ritmo asombroso con el neumático blando que además conservó durante más de 20 vueltas. El monegasco hizo su primera parada mientras detrás de él, Russell y Verstappen estaban en plena batalla. Todo le salía bien, quién le iba a decir que tan solo unas vueltas después, con 11 segundos de ventaja en cabeza, su Ferrari empezaría a perder potencia y condenarle al abandono.
Primer fallo grave en el motor de la Scuderia que les hace perder el liderato del mundial de pilotos y que a pesar de las buenas sensaciones tanto en clasificación como en ritmo de carrera, se van con dudas sobre la fiabilidad del monoplaza.
En el otro garaje de Ferrari las cosas no fueron mucho mejor, Carlos Sainz no salió bien y perdió la tercera posición en la arrancada, descolgándose de la batalla por la victoria y el podio a las primeras de cambio. Para colmo, una racha de viento le sorprendió en la curva 4 (igual que a Verstappen) y le mandó a la grava. Al menos el madrileño no quedó atascado y pudo retomar la carrera, pero con daños importantes en el suelo que le restaron mucha aerodinámica. Sufrió para terminar cuarto y esto gracias a un problema de sobrecalentamiento en el Mercedes de Hamilton. Un resultado final digno para una mala carrera en casa.
Mercedes se mete en el ajo
Barcelona era una prueba de fuego para Mercedes y la han superado con muy buena nota. Desde el jueves todo el paddock estaba muy pendiente de que actualizaciones habían llevado a Montmeló y después de la clasificación vimos claramente que habían dado un paso adelante atenuando los rebotes, su quebradero de cabeza desde que comenzó la temporada. En carrera, el podio de Russell y la remontada de Hamilton, certificaron que ahora Mercedes tiene armas para plantar cara a Ferrari y Red Bull.
El coche funcionó y los pilotos respondieron, la defensa de Russell a Verstappen será recordada mucho tiempo y es la prueba de que estamos ante una estrella de la Formula 1 que en cada Gran Premio deja muestras de calidad. Le veremos más veces en el podio.
Hamilton brilló con una gran remontada en la que él no creyó. El toque de Magnussen en la salida le provocó un pinchazo, tras cambiar ruedas y verse último pidió a su equipo retirarse para conservar el motor, Mercedes le dijo que no, las cuentas salían y rascar puntos era más que posible. Hamilton se lo fue creyendo con el paso de las vueltas y hasta pudo terminar cuarto de no ser por un problema de sobrecalentamiento que le obligó a levantar el pie y ceder ante Carlos Sainz.
La buena noticia para los de Toto Wolff es que si han ido bien en Barcelona, irán bien en muchos otros circuitos. Montmeló es el laboratorio de pruebas perfecto que tiene de todo, una buena recta, curvas de todas las velocidades, sectores más revirados y las flechas plateadas han mejorado su rendimiento en todos los aspectos.
La remontada de Fernando Alonso
Si alguien no tenía nada que perder en la salida del Gran Premio de España era Fernando Alonso. El asturiano salía último después de quedarse en la Q1 y penalizar por instalar el cuarto motor.
En cuanto se apagó el semáforo se lanzó al ataque y en el primer giro ya había ganado 5 posiciones, fue el que más veces levantó al público de sus asientos, sobre todo con su pasada a Vettel en la recta principal. Fernando estuvo magistral y el Alpine respondió sin sobresaltos.
Pero en esta temporada nada le sale perfecto a Alonso, y en la última parada, la rueda delantera derecha se atascó y perdió 6 segundos, buena parte del gran trabajo hecho en pista se fue al traste. Lejos de hundirse se recompuso y consiguió superar a Mick Schumacher para terminar noveno, aunque antes de la parada el objetivo era el octavo de Norris, que enfermo, realizó una gran carrera con el McLaren.
Fernando Alonso vive un mundial extraño, en el que se queda sin puntos cuando parece tener garantías de obtenerlos y en cambio puntúa cuando la situación es más adversa. En cualquier caso, nos quedamos con que Fernando no muestra ninguna duda al volante. No se puede decir lo mismo de los mandamases de Alpine sobre su continuidad.