Corría el año 1999 cuando el por entonces bicampeón del mundo de Fórmula 1, Michael Schumacher, se convirtió en padre de un niño al que pusieron el nombre de Mick. Mick Schumacher.
Ese nacimiento fue la gran alegría para Michael en un año malo de su carrera deportiva. Un accidente en Silverstone le causó la fractura de una pierna y le apartó de la lucha por el campeonato de esa temporada. Sin embargo, Michael se recuperó y en los años siguientes fue ganando títulos con Ferrari, uno tras otro, convirtiéndose en el mayor campeón de la historia. Mientras crecía el pequeño Mick.
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Cuando Mick Schumacher se llamaba Mick Betsch
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Tanta era la fascinación del hijo por el padre que a los 9 años, Mick Schumacher se subió a un kart y empezó a competir. Lejos de querer acaparar miradas de curiosos y añadirle al chico una presión extra en sus primeras curvas, Mick era inscrito en estas carreras con el apellido de su madre, Betsch.
Mick Betsch disputó siete temporadas en el karting a nivel nacional e internacional, siendo la última de ellas en 2014 donde más llamó la atención. Mick quedó segundo en la categoría de KF Junior tanto del Campeonato Mundial de Karting de la FIA como del Campeonato de Europa. Un doble subcampeonato que le valió para dar el salto a los monoplazas.
Por cierto, en ese año su compañero de equipo fue un chico ruso llamado Nikita Mazepin. Casualidades del destino, ¿verdad?
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Mick Schumacher vuelve a las carreras
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En 2015, con el volante de su primer monoplaza de Fórmula 4 en sus manos, Mick decide pilotar por primera vez con el apellido de su padre. Mick Schumacher estaba listo para iniciar el ascenso a la cima.
No defraudó, una victoria en el año de su debut y dos subcampeonatos en la Fórmula 4 alemana e italiana. Ambos conseguidos con el equipo Prema, del que ha formado parte hasta su llegada a la Fórmula 1.
Demostrado su talento, Mick asciende a la Fórmula 3. Tras un año difícil de adaptación a la categoría, en su segunda temporada se estrenó en lo más alto del podio ganando en el mítico circuito de Spa.
No sería la única victoria, le siguieron siete más y con esos resultados Mick Schumacher se proclamó campeón de Fórmula 3. Un logro que ya no pasaba desapercibido entre la prensa mundial y tampoco entre los mandamases del paddock de la Fórmula 1.
La escudería Ferrari fue la más espabilada y en 2019 incorpora al joven Schumacher a su escuela de pilotos, la conocida Ferrari Driver Academy, para que Mick fuera empapándose de conocimiento sobre Fórmula 1 en la misma casa donde triunfó su padre.
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Sin embargo, su primera temporada en Fórmula 2 no fue fácil, terminó duodécimo, cometiendo errores y sufriendo averías en diversas carreras. Su victoria en Hungaroring fue el único alivio en una temporada dura de aprendizaje.
Sin venirse abajo, Mick trabajó duro en 2020, con un solo objetivo, el título de Fórmula 2. Un campeonato que ganó de forma agónica en la última carrera de la temporada con 2 victorias y 8 podios. Ya nadie podía dudar de que el apellido Schumacher es sinónimo de éxito en el automovilismo.
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Mick Schumacher no es Michael Schumacher
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En 2021, Mick Schumacher se convirtió en piloto de Fórmula 1 en el equipo Haas. Su sueño se hizo realidad, también el de su familia y el de muchos aficionados que siguen idolatrando a Michael Schumacher.
Después de dos temporadas complicadas en Haas, en las que ha ido mostrando mejoría, pero no cosechó los resultados esperados, Mick se quedó sin asiento de cara al Mundial de Fórmula 1 2023, pero antes de finalizar el año volvió a encontrar la esperanza gracias a Mercedes. El alemán será piloto reserva de la escudería para el próximo año, una oportunidad que Mick espera aprovechar al máximo.
No ha sido un camino fácil, el automovilismo nunca lo es aunque se proceda de una familia que te da todas las herramientas para lograrlo, el asfalto es implacable y Mick ha demostrado que tiene tablas para correr en Fórmula 1.
A su lucha deportiva debemos añadir la personal. El accidente de esquí que sufrió su padre en 2013 y que él mismo presenció con solo 14 años en los Alpes franceses cambió su vida.
Aunque sobrevivió, Michael Schumacher desapareció de la vida pública a raíz de las secuelas del accidente y las operaciones que le salvaron la vida. Desde entonces permanece bien cuidado y protegido por su familia. Actualmente el estado de su salud y de sus capacidades es una incógnita, pero una cosa si sabemos gracias a Jean Todt, presidente de la FIA y exjefe de Ferrari, Michael sigue las carreras de su hijo por televisión.
Su padre no puede acompañarle por el paddock, pero Mick no está solo, su madre Corinna y su hermana Gina-Maria son sus pilares. Además el joven Schumacher ha tenido el consejo y la guía de grandísimos pilotos como Sebastian Vettel, Berger, Hakkinen o el ya fallecido Niki Lauda.
Sabemos del respeto que impone su apellido, sabemos que muchos piden demostrar más que otros por ser "hijo de" (ahí tenemos el ejemplo de Carlos Sainz), pero sobre todo sabemos que necesita tiempo. Tiempo y un buen coche para poder lucirse, este será el principal problema de su carrera.