Pedro Acosta ha vuelto. Y lo ha hecho a lo grande. Reventando el cronómetro en Le Mans para quedarse con la pole de Moto2, la primera de su vida en la clase intermedia, y marcar el mejor tiempo jamás visto en el trazado francés en la categoría.
Dijo que tenía de olvidarse de la moto, dejar de probar tantas cosas y centrarse en mejorar su pilotaje. Y así ha sido. Dicho y hecho.
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Él más que nadie sabía que su moto no era mala. Él más que nadie sabía del potencial de una Kalex que en 2021 copó los dos primeros puestos de la clasificación de forma casi constante. Y por fin, después de tanto sufrir sobre ella, ha sabido sacarle todo el jugo posible.
"Si la moto ha ganando tantas veces el Mundial es porque mala no es. Entonces, voy a centrarme en mí y mirar muchas veces los entrenos". Esa fue la afirmación en DAZN antes de subirse a su Moto2 en Le Mans. Y bien parece haber tomado nota de ello.
Pedro Acosta avisó en Austin, pese a su caída, de que había vuelto. Allí, fue el primer fin de semana en el que se vio siendo competitivo de verdad y siguiendo a los mejores.
"Las tres primeras vueltas que he dado han sido las que más han valido de todo el año, así que nos quedamos con eso porque al final ya hemos llegado. No es que estemos llegando, es que ya hemos llegado, hemos vuelto", aseguró en su día.
Unas palabras que ahora toman más valor que nunca. Y es que en la cita francesa, la séptima del Campeonato del Mundo, no ha habido mejor piloto que el murciano. Pueden buscar allá donde quieran. No lo van a encontrar.
Tres de los cuatro entrenamientos, contando la clasificación, los ha dominado él, poniéndole el broche con una pole estratosférica.
'El Tiburón de Mazarrón', que hasta ahora no había clasificado mejor que décimo (en cuatro de las seis carreras), voló en el histórico circuito de Le Mans para quedarse con el récord absoluto de la pista en la categoría y anotarse la primera pole de su vida en Moto2.
Una 'pole position' con significado reivindicativo. El de un piloto que, tras arrasar en Moto3, da el esperadísimo golpe en la mesa del Mundial de la categoría intermedia.
"Es para toda la gente que ha estado ahí tirando de mí cada día cuando parecía que no había luz en ningún lado". Sus palabras de agradecimiento lo dicen todo. Esta pole es la gasolina que Pedro Acosta necesitaba.
Alerta a todas las unidades. El tiburón ha llegado a su puerto: el de la pelea por el Mundial de Moto2.