Fernando Alonso es una institución en la Fórmula 1. El asturiano es un piloto diferente, especial, único en el mundo. Su figura, elevada a la categoría de leyenda en el 'Gran Circo', sigue iluminando los circuitos en cada fin de semana que se cierra la visera del casco y se sube a su monoplaza.
Son más de 20 años los que lleva 'Magic' ligado a la máxima competición de automovilismo. Una cifra que nadie en la historia de la competición logró alcanzar. Sin embargo, Alonso fue especial desde su debut, así lo recuerda Pedro de la Rosa que comentó en DAZN cómo fue su primer encuentro con el asturiano a bordo del Minardi.
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Pedro De La Rosa revela cuál fue el día en el que Fernando Alonso se ganó para siempre su respeto en F1: la anécdota es sencillamente espectacular
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Fernando Alonso es un piloto de época. Fue el responsable de que millones de españoles se contagiaran de su magia cada fin de semana que el asturiano encendía el motor de su monoplaza para deslumbrar en los Grandes Premios de Fórmula 1.
Más de 20 años después de que debutara en el 'Gran Circo', el asturiano sigue compitiendo con el mismo hambre y la misma ilusión que el primer día. Eso sí, con dos mundiales a su espalda y un sinfín de momentos mágicos grabados en el recuerdo de todos los aficionados a la F1.
Alonso es de esos deportistas con un talento especial. Un diamante cuya luz brilló desde muy joven y que despertó el interés de los grandes 'cocos' de la parrilla desde sus inicios. Fue Flavio Briatore quien finalmente lo fichó en 2001 para Renault como su proyecto futuro y en su primera temporada lo cedió a Minardi.
Pedro de la Rosa, comentarista de DAZN y embajador de Aston Martin, recuerda a la perfección cómo descubrió el genio de Fernando Alonso.
“Cuando Fernando entra en la Fórmula 1 con Minardi yo estaba ahí y pilotaba para Jaguar. Recuerdo en el Gran Premio de España, que yo tenía una penalización, salía el último y al cabo de unas vueltas cogí a un Minardi, que lucía de negro en esa época", cuenta De la Rosa.
"Recuerdo ir detrás de él y pensar, ¿quién demonios es este piloto que se está jugando la vida en todas las curvas para estar el último o penúltimo?".
"Lo adelanté en la recta y me giré con el casco para verle la cara a ver quién demonios era. Recuerdo en ese momento que era Fernando, obviamente, lo vi y pensé, caray, este tío es tan bueno como todo el mundo habla", señala.
"Lo de Fernando fue algo especial, porque cuando entró en Fórmula 1 todo el mundo decía que iba a ser campeón del mundo. Tenía un aura de campeón que yo se la he visto a pocos pilotos", apunta.
"Fernando además ese día se ganó mi respeto en pista. Porque aunque lo dijera la gente, yo decía, bueno, ya veremos en Fórmula 1 este tío lo bueno que es. Me alucinó verlo conducir en pista y es una imagen que tengo de Fernando para siempre”, relata.