Pol Espargaró protagoniza un nuevo capítulo de 'La Caja de DAZN', el programa en el que pilotos y gente relacionada con MotoGP hacen un repaso de la actualidad y de su trayectoria aprovechando una serie de objetos que van saliendo a lo largo de la entrevista.
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Con Ernest Riveras como maestro de ceremonias, el piloto español fue sacando piezas de la caja, entre ellas, un ovillo de lana que simboliza el punto de cruz, algo que fue muy importante para Pol en sus inicios en el motociclismo.
"Esto me recuerda a mi infancia y en su momento sonó bastante fuerte, todo el mundo se sorprendía porque un niño hacía el punto de cruz. Era un crédito variable que terníamos en el colegio cuando tenía 12 o 13 años y me gustaba mucho hacer punto de cruz porque me relajaba bastante, hacía dibujos... Como era un niño cosiendo y encima pilotando una moto... Ahora yo creo que no sería tan noticia porque estamos intentando que haya menos distancia entre hombres y mujeres, pero en ese momento sonó muy muy raro", explica Espargaró en DAZN.
"No tenía mucho tiempo de ir al colegio porque estaba siempre de carreras, entonces tenía que hacer las cosas mientras y unos de los créditos variables era el punto de cruz y lo hacía y me relajaba. Ahora lo he cambiado por tocar el piano", asegura.
Otra de las grandes aficiones de Pol es el bádminton. "Es otro crédito variable que hacía cuando yo iba al colegio. Cuando hacía punto de cruz iba a un colegio y cuando ya me iba haciendo mayor e iba compitiendo más me tuve que cambiar de colegio porque el primero era muy exigente en cuanto a resultados académicos y el segundo me permitía más o menos hacer un poquito más la mía y había un crédito variable quera bádminton, así que me apunté y como soy un picado y muy competitivo pues también quería competir y competí en una prueba del campeonato de Catalunya por parejas y se medio bastante bien y ganamos".
Además, también era portero de fútbol. "Eso lo tuve que dejar porque lo hacía por divertirme. Yo era portero en la primera parte y en la segunda era delantero. Era un tema más de amistades, no tan profesional".
Pol Espargaró y la divertida anécdota con su hermano Aleix: ¡Acabó en el hospital por abrazar un cactus!
Otro de los objetos que sacó Pol de la caja fue un cactus de plástico. El piloto de Honda lo asoció rápidamente con la infancia y con su hermano Aleix Espargaró. La anécdota es absolutamente desternillante.
"Aleix era muy malo de pequeño. Llevaba a mis padres... pobres. Yo veía unas discusiones en la cocina que me sentaba en el sofá llorando porque le escuchaba gritar a mi padre y yo decía que qué injusto, que cómo le gritaba a Aleix. Y claro, luego yo me he hecho mayor y sé de algunas que hacía y cómo no le iban a gritar... Más le iba a gritar yo", cuenta en DAZN.
"Una de las que me hizo es que teníamos unos cactus en casa, yo tenía 4 o 5 años, Aleix me sacaba dos años y ya era un cabroncete y me dijo 'abraza al cactus que ya verás qué gusto te va a dar abrazar el cactus' e inocente de mí pues abracé al cactus. Y acabé en el hospital", recuerda entre risas.
"No me gusta competir contra Aleix en MotoGP"
La relación entre los hermanos Espargaró es muy buena, pero cuando se trata de competir dentro de la pista... Pol prefiere no hacerlo.
"Me llevo muy bien con Aleix, tenemos nuestros más y nuestros menos, por eso no me gusta competir con o contra él. Él sí que ha dicho alguna vez que le gusta, pero al final la relación de hermanos es muy bonita, pero la rivalidad dentro de la pista es enorme", afirma Pol en 'La Caja de DAZN'.
"Además nosotros ahora estamos a un nivel en el que competimos el uno contra el otro. Aleix y Aprilia están en un estado de forma genial, por lo que genera una competitividad y una ansiedad entre nosotros que a veces es difícil de manejar por mucho que nos quedamos. Luego llegamos a casa, niños y tal y lo olvidas todos los problemas", sigue.
"Yo soy caliente y pasional, pero él lo es aún más que yo, incluso exagerado y muchas veces se enfada y se sobrecalienta y luego dice cosas de las que se arrepiente. Es uno de esos niños que, yo me acuerdo de pequeño, hacía algo mal y lo primero que hacía era arrepentirse, contárselo a mi madre porque no era capaz de guardarlo dentro. Aleix es así, un niño grande", concluye.