La Fórmula 1 vivió en el GP de Austria uno de los Grandes Premios más polémicos de la temporada. El circuito de Red Bull Ring fue el lugar en el que Ferrari se mostró dominador gracias a un Charles Leclerc que logró vencer con suficiencia y a un Carlos Sainz que, de no ser por su fallo en el motor, habría sido segundo, ambos por delante de Max Verstappen, quien vivió un domingo de lo más difícil.
Los monoplazas rojos demostraron, desde el inicio de la prueba, disponer de un ritmo superior al de los dos Red Bull. Además, Checo Pérez se vio envuelto en un toque con George Russell que truncó sus opciones y que, posteriormente, le obligaría a abandonar.
Pero la polémica no estuvo en los toques que se produjeron entre los diferentes monoplazas de la parrilla, sino en las decisiones de la FIA de sancionar por superar los límites de pista. De esta forma, se vivió una de las carreras con más avisos de sanción que se recuerdan.
De hecho, en los primeros compases Carlos Sainz ya había recibido hasta dos avisos de límites de pista, un dato que también alcanzaron tanto Charles Leclerc como Max Verstappen que, además, estaban centrados en una persecución en la que siempre ganó el monegasco.
Y es que la FIA ha cambiado su criterio y, ahora mismo, se permite que el piloto que va a ser adelantado eche al que va por fuera si se considera que tiene la curva ganada. Todo ello propició una dura batalla con los adelantamientos en curvas que, normalmente, acababan con el piloto que trataba de adelantar por el exterior fuera de la pista.
Esto es porque el monoplaza que ocupa el interior de la curva, en ocasiones alcanzando el ápice por detrás del piloto que trata de adelantar, acaba echando del trazado al que va por el exterior, manteniendo su posición y frustrando el intento de adelantamiento.
Así, y a pesar de las airadas protestas de Fernando Alonso y Sebastian Vettel por la decisión en la reunión informativa, demostrando por qué son dos de los hombres más experimentados de la parrilla, la FIA siguió adelante y provocó una lluvia de sanciones en la carrera de Spielberg.
No obstante, tanto el español como el alemán, ambos campeones del mundo, protagonizaron una de las batallas más espectaculares y limpias del domingo, respetándose mutuamente y favoreciendo una serie de adelantamientos que aseguró espectáculo y un gran nivel de pilotaje.
El de Aston Martin, en cualquier caso, no las tuvo siempre todas consigo y, tanto el sábado como el domingo, fue víctima de este tipo de estrategias que evitaba que pudiera adelantar. Por ello, y tras un toque en sus neumáticos con Pierre Gasly al intentar sobrepasarlo en una curva, el cuatro veces campeón del mundo estalló por radio.
"¿Qué le pasa a esta gente? ¿Qué le pasa a esta gente? ¡Tiene que ceder la curva, tenía el morro delante! ¿Qué le pasa a esta gente?", se preguntó el germano. Desde el muro, sin embargo, le preguntaron por el estado de sus neumáticos.
"Creo que están bien, no estoy seguro. Pero el coche no. ¿Puedo tener una carrera sin estos payasos?", cerró la conversación un contundente Sebastian Vettel tremendamente enfadado.