El Mundial de Fórmula 1 tiene anotada en sus paradas Canadá. El circuito de Montréal se ha convertido en uno de los fines de semana más icónicos del campeonato del mundo de automovilismo debido a su gran tradición en la competición.
Y es que la Fórmula 1 aterriza allí desde el año 1978, aunque en 2022 el motivo de alegría será doble, pues el campeonato no se desplaza hasta Montreal desde 2019, cuando venció Lewis Hamilton. La pandemia por Covid-19 impidió que, tanto en 2020 como en 2021, se corriera en Canadá.
En los últimos años, sin embargo, la prueba en Montreal ha ganado protagonismo no sólo por tratarse de un circuito urbano y los adelantamientos que en él se producen y que, a contrario de lo que sucede en Mónaco, se realizan con una mayor facilidad gracias a sus largas rectas.
También ha adquirido cierta notoriedad gracias al riesgo que corren los pilotos que tratan de entrar con una velocidad mayor en la recta principal y que, para ello, deben pegarse en demasía al muro de la chicane.
Encarar la última curva lo más pegado posible al muro se traduce en unas décimas de segundo que pueden ser vitales para una mejor posición al finalizar tanto la clasificación como la carrera del domingo.
No obstante, también supone una mayor probabilidad de golpear contra él y, por tanto, arruinar el fin de semana por completo, puesto que, en un porcentaje muy alto de los casos, se traduce en no poder continuar la sesión.
De hecho, en 1999 aquella zona se ganó el apodo del 'Muro de los Campeones' cuando, el 13 de junio, hasta cuatro pilotos se golpearon contra el citado muro, obligando a que saliera en cuatro ocasiones el coche de seguridad.
Además, la carrera acabó con Safety Car, algo que nunca antes había sucedido en la historia de la competición cuando, a falta de cuatro vueltas para el final, Heinz-Harald Frentzen tuvo un accidente, lo que acabó provocando que Mika Hakkinen acabara atravesando la línea de meta siguiendo al safety car en primera posición.
La insólita imagen sería una de las grandes anécdotas del Gran Premio, aunque no la única. El de Frentzen tampoco fue, ni mucho menos, el único accidente en aquella tarde canadiense.
El primero de los cuatro pilotos que se chocó en ese Gran Premio contra el muro fue el brasileño Ricardo Zonta, algo que replicó Damon Hill, que había sido campeón de la Fórmula 1 tres años antes.
Poco después Michael Schumacher, bicampeón y que en ese momento era el primer clasificado de la carrera, se estrellaba también contra el mismo muro que, posteriormente, se acabaría tragando también al mencionado Zonta.
Jacques Villeneuve, ídolo local e hijo de Gilles Villeneuve, y que también poseía un título de campeón del mundo de Fórmula 1, se estrelló contra el mismo muro en el que habían acabado sus rivales cuando era octavo en la carrera.
El hecho de que tres campeones del mundo (Damon Hill, Michael Schumacher y Jacques Villeneuve) se chocaran contra el mismo muro en el mismo punto y en la misma carrera acabó sirviendo para bautizar a la zona como el 'Muro de los Campeones'.