Nikita Mazepin (1999, Moscú) es uno de los grandes protagonistas del Mundial de F1. Y no precisamente para bien. El piloto ruso, que rescindió su contrato con Haas F1, el equipo que controlaba económicamente su familia, es polémico y agresivo sobre la pista, pero también fuera de ella.
Debutó en la F1 en 2021, y su llegada a la Fórmula 1 fue vista con recelo en el paddock, pues sus resultados anteriores no eran nada positivos. No tiene ningún título de campeón y muchos le acusaron de haber logrado un puesto en la F1 a golpe de talonario.
¿Quién es Nikita Mazepin?
Mazepin empezó en 2011 en el karting y no fue hasta tres años después cuando empezó a despuntar. Fue subcampeón del mundo de CIK 2014 y en 2016 dio el salto a la F3 europea, donde sólo consiguió 10 puntos y acabó el campeonato en vigésima posición.
La siguiente temporada mejoró, se subió al podio en tres ocasiones y terminó décimo. Ese año compartió parrilla con algunos pilotos como Lando Norris o su compañero en Haas, Mick Schumacher.
Su periplo por la GP3, donde debutó en 2018, tuvo un sabor agridulce. Comenzó ganando la primera carrera en Barcelona y sumó otras tres más durante el año, además de otros cuatro podios. Sin embargo, no pudo lograr el título, que quedó en manos del ya fallecido Anthoine Hubert.
Antes de llegar a la Fórmula 1, Mazepin pasó dos temporadas en la F2 durante las que sólo pudo lograr dos victorias y seis podios, unos números muy pobres para promocionar tan rápido al Gran Circo.
Su padre, uno de los empresarios más importantes de Rusia, dueño de un negocio multimillonario
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La llegada de Nikita a la F1 no fue casualidad. Su padre, Dimitry Arkadievich Mazepin, es dueño de la empresa de fertilizantes químicos Uralkali y posee una de las mayores fortunas de Rusia, valorada en 13 mil millones de dólares.
Muy cercano al presidente ruso, Vladimir Putin, Dimitry hacía tiempo que quería comprar un equipo. Lo intentó con Force India (ahora Aston Martin) pero Lawrence Stroll, padre de Lance Stroll, se adelantó. Después, quiso intentarlo con Williams, pero tampoco fue posible. Finalmente lo logró con Haas F1, que buscaba una fuente de financiación con urgencia.
Al término de la temporada 2020, el equipo decidió no renovar los contratos de Romain Grosjean y Kevin Magnussen, pilotos del equipo hasta ese momento. Por lo tanto, se quedaron dos asientos vacíos. Fue en ese momento cuando apareció la familia Mazepin en escena y compró un asiento para su hijo para ayudarle a cumplir su sueño de la infancia de correr en Fórmula 1.
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Su estilo de pilotaje, objeto de varias polémicas
El ruso es un piloto agresivo, que va siempre al límite, no reconocido por éxitos en la trazada, ni por un excesivo talento a los mandos de un monoplaza... Más bien todo lo contrario. Ha protagonizado numerosas polémicas dentro y fuera de la pista, muchas de ellas junto al que fuera su compañero de equipo, Mick Schumacher.
Los pilotos de la parrilla 'sufrieron' en cada Gran Premio de la temporada 2021 las peligrosas maniobras del ruso y ya se han quejado en más de una ocasión de su estilo de pilotaje.
En la F3, se peleó con Callum Ilott por algo que ocurrió sobre la pista y el británico terminó con un ojo morado y la mandíbula hinchada.
En 2019, en el GP de Rusia de F2, encerró a Mathushita en una escapatoria tras salirse ambos de la pista y el japonés esquivó por poco el muro. Después, en 2020, perdió el primer puesto por una sanción en Spa y al llegar a la zona del podio arrolló un cartel con la intención de golpear a Tsunoda, que se había beneficiado del castigo al ruso.
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Desde su debut en la F1, Nikita Mazepin no consiguió entrar en la zona de los puntos ni una sola vez. Con cuatro abandonos, su mejor resultado en carrera ha sido un 14º puesto en el GP de Azerbaiyán.
A pesar de tener un lado polémico, considera muy importante tener una carrera más allá de la Fórmula 1. El ruso es licenciado en economía e idiomas, y compagina sus estudios y su afición por el automovilismo con el servicio militar, obligatorio en Rusia.
En 2024 decidió poner punto y final a su aventura con las carreras, dejándolo de manera definitiva: "Ha llegado el momento de escribir el próximo acto de mi vida como adulto, con sueños vinculados, no a la velocidad y los trofeos, sino a aplicar mi mente y encontrar mi propósito".