Raúl Fernández (2000, San Martín de la Vega, Madrid) quiere hacer historia en el motociclismo. Con tan sólo 20 años, acaricia con la punta de los dedos el título de Moto2 y, a falta de una carrera para el final, va camino de ser el rookie con más victorias en la categoría intermedia por delante de Marc Márquez, que ostenta el récord hasta la fecha.
El año que viene, el madrileño pilotará una MotoGP de la mano del Tech3 KTM Factory Racing junto a Remy Gardner, su compañero y rival por el Mundial.
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A pesar de su innegable talento sobre la pista, Raúl Fernández no se subió a una moto hasta las 11 años, mucho más mayor de lo habitual. Los pilotos acostumbran a manejar una moto por primera vez con tan sólo tres o cuatro años, pero él no quería saber nada. Y eso que en su casa había motos desde antes de que él naciera.
Su padre, que le ha acompañado durante toda su carrera, era un fiel seguidor del motociclismo y acudía cada año a Jerez para ver todas las pruebas que pudiera. Sin embargo, esa pasión le llegó tarde a un Raúl que debutará en la categoría reina tan sólo nueve años después de tener su primera experiencia encima de una moto.
El piloto de San Martín de la Vega saca su lado más personal junto a Izaskun Ruiz en 'La Caja de DAZN' y explica cómo fueron sus inicios en el motociclismo.
"Mi vida ha sido un poco extraña con el mundo del motor. Yo empecé muy tarde, con 11 años, pero yo antes de nacer ya tenía moto. Mi padre era un auténtico fan de las motos, él desde pequeño iba a Jerez, estuvo 18 años seguidos viajando a Jerez. Por eso yo tenía moto desde pequeño y me gustaba mucho, hasta que un día la probé de verdad, me caí y dije 'no quiero saber nada de motos'", cuenta.
"Probé de todo: tuve quad, buggy y no le hacía ni caso, prefería irme con mis amigos antes que montar en moto", sigue.
Pero hubo un día que lo cambió todo y que despertó en Raúl el interés por las motos. "A finales de 2010, Marc Márquez ganó una carrera en Estoril después de salir último. Mi padre me dijo 'ya podrías probar y estar ahí algún día'. Y le dije 'si no me llevas cómo voy a estar ahí'. Y nos llevó y aquí estamos, al final hemos recorrido medio mundo", recuerda entre risas.
Con tan sólo 17 años, Marc Márquez consiguió remontar desde la trigésima hasta la primera posición y llevarse la victoria en el GP de Portugal en 125cc, categoría de la que terminaría coronándose campeón ese mismo año.
Ver a un jovencísimo Marc realizar tal hazaña marcó de por vida a un Raúl Fernández que ahora sueña con seguir sus pasos y convertirse en campeón de Moto2 y a partir del año que viene, pelear por el Mundial de MotoGP.