La Fórmula 1 es una competición única en el panorama mundial por la adrenalina que genera, tanto a los pilotos que compiten en ella, como a los equipos que los respaldan, e incluso a los propios aficionados que asisten a los eventos cada fin de semana en todo el planeta.
La principal característica del campeonato del mundo de automovilismo no es otra que la velocidad. Los monoplazas superan los 300 kilómetros por hora en todos los trazados y los pilotos deben mantener la concentración durante toda la carrera para lograr acabar con éxito la prueba.
Sin embargo, es inevitable que, a menudo, surjan accidentes, bien sea por fallo del piloto o por falta de fiabilidad del bólido en cuestión, que puede quedarse parado en una trazada peligrosa y provocar impactos con otros monoplazas que vengan a continuación.
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Por todo ello, en la Fórmula 1 se cuenta con un safety car, o coche de seguridad, que es el encargado de rebajar el ritmo de la carrera para ofrecer tiempo a que los comisarios puedan retirar los elementos peligrosos que se encuentren en el interior de la pista.
Dirección de carrera, además, dispone de dos opciones cuando una situación así se da en un Gran Premio: sacar el coche de seguridad, o imponer un Virtual Safety Car (VSC). Cuando esto último se produce, los pilotos deben circular todos a la misma velocidad, manteniendo las distancias entre ellos y facilitando que los comisarios puedan retirar, por ejemplo, un monoplaza que ha abandonado.
En otras ocasiones, en cambio, el desaguisado que hay que solucionar es mucho mayor. Para ello, el coche de seguridad sale del pit lane, y todos los pilotos deben alcanzarlo para circular tras él, agrupando a todos los monoplazas en una relación de coches separados por apenas 10 segundos.
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Esto produce que la mayoría de la pista esté libre y los comisarios puedan solventar los desperfectos producidos para que la carrera se relance. Por ello, la comunicación entre el safety car, Dirección de carrera y los comisarios es primordial.
No obstante, y al igual que suceden con los propios coches de Fórmula 1 temporada tras temporada, el Safety Car también cambia, evolucionando en su modelo y variando, en ocasiones, de marcha de coches. En el Mundial 2022, Mercedes y Aston Martin surten a la competición de sus modelos AMG GT Black Series y Vantage, respectivamente, para estas funciones.
¿Cuál es el Safety Car de F1 2022?
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Como se ha mencionado anteriormente, Mercedes y Aston Martin, aterrizado en el 'Gran Circo' en 2021, comparten la tarea de ser el coche de seguridad. El modelo de Aston Martin, nuevo equipo de Fernando Alonso para el Mundial 2023, es el Vantage Safety Car, de color verde.
El Vantage tiene un motor V8 biturbo de cuatro litros y 510 caballos de vapor. Este modelo tiene la capacidad de acelerar de 0 a 100 en 3,5 segundos y, evidentemente, se ha modificado para la Fórmula 1. De esta forma, la suspensión y la aerodinámica se han visto alteradas con la idea de garantizar que puede liderar un grupo de 20 coches de F1 a una velocidad suficiente para mantener la temperatura de los neumáticos. Su velocidad máxima declarada es de 325 km/h y en la calle tiene un precio de 170.885 euros.
En el caso de Mercedes, el coche elegido es el AMG GT Black Series, que cuenta con un motor biturbo V8 de cuatro litros que, en cambio, tiene 730 caballos. Alcanza los 100 kilómetros por hora en 3,2 segundos y su velocidad máxima es de 325 kilómetros por hora. Su precio, eso sí, es más elevado: 400.000 euros.