El GP de Países Bajos de Fórmula 1 lo ganó con una suficiencia aplastante Max Verstappen, que recuperó el liderato del Mundial tras firmar un fin de semana perfecto en el circuito de su país, convirtiéndose en un héroe nacional.
Además, la mala posición de partida de su compañero de equipo en Red Bull, Checo Pérez, dejó al neerlandés sólo ante los dos Mercedes, segundo y tercer clasificado, desde el inicio. Por si fuera poco, el equipo de Toto Wolff planteó una agresiva estrategia para arrebatarle el primer puesto.
Sin embargo, la 'jugada' curiosa del día llegó en el propio equipo de Mercedes. Lewis Hamilton poseía, a pesar de la victoria de Verstappen, el punto extra de la vuelta rápida, pero su compañero de equipo, Valtteri Bottas, también pareció quererlo.
A falta de tres vueltas para el final, y viendo el ritmo que estaba imprimiendo el finlandés, el equipo le pidió por radio que cejara en su intento por superar a Hamilton. "No vamos a ir a por la vuelta rápida", le dijeron. "¿Por qué no?", contestó.
Lejos de echarse atrás, Bottas se envalentonó y fue pintando de morado cada uno de los sectores, salvó el último, hasta hacerse con el mejor tiempo de la carrera.
Su compañero de equipo, para volver a obtener ese punto extra y situarse lo más cerca posible de Verstappen en la clasificación, paró en boxes para cambiar neumáticos y tratar de volver a hacerse con la vuelta rápida.
El piloto inglés se lanzó con todo en la última vuelta para batir a Bottas. Lo consiguió, gracias en parte a que el finlandés levantó el pie en el tercer y último sector.