El aperitivo llegó pronto, en la salida. Hamilton le tiró el coche a Verstappen en la segunda variante, el neerlandés cerró la puerta y Hamilton tuvo que salirse de pista para continuar.
Parecía que ambos no iban a volver a cruzarse porque después Verstappen se enfrascó en la persecución de Ricciardo y Hamilton en la de Norris, pero en las paradas cambió todo.
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Los infalibles mecánicos de Red Bull fallaron en la parada, 11 segundos, la peor en años. A continuación falló Mercedes, 4 segundos tardaron ellos en sacar a Hamilton, por lo que a la salida de boxes estas dos bestias del automovilismo quedaban emparejadas.
El encontronazo llegó en la entrada de la variante de Rettifilo. El inglés estiró la frenada y dejó casi sin espacio a Verstappen para obligarle a salirse de la pista. Verstappen no cedió ante esta maniobra y llegó el impacto que terminó con el Red Bull montándose encima del Mercedes y con la rueda trasera izquierda encima de la cabeza de Hamilton sin daños que lamentar, bendito halo.
La imagen quedará para la historia de esta rivalidad entre Verstappen y Hamilton que desde el accidente de Silverstone no para de agudizarse. El Gran Premio de Italia queda en tablas, pero restan 8 carreras y viendo lo que llevamos puede suceder absolutamente de todo, de momento Verstappen sale líder de Monza con 5 puntos de ventaja. Continuará…
Ricciardo vuelve a beber de sus botas
Daniel Ricciardo nunca se fue, como el mismo dijo por radio al cruzar la línea de meta de Monza. Es verdad que parecía que el piloto australiano había entrado en crisis, no ganaba desde Mónaco 2018, terminó mal con Red Bull, pasó dos años complicados en Renault y esta temporada sus problemas de adaptación en McLaren estaban provocando muchos murmullos.
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Desde el viernes ya vimos que los coches naranjas iban muy bien en la pista italiana, no solamente Norris, por primera vez en la temporada, Ricciardo asomaba la cabeza. La buena clasificación del viernes, un gran trabajo en el sprint del sábado y la penalización a Bottas por cambiar el motor, colocaron al australiano en la segunda casilla de la parrilla junto a Verstappen.
Al apagarse el semáforo los reflejos de Ricciardo fueron los más rápidos ganando la posición al Red Bull y en las primeras curvas se colocó líder tirando con toda la velocidad de su McLaren para escaparse y mantener a raya a Verstappen.
Cuando sus neumáticos comenzaron a bajar el rendimiento le metieron a boxes el primero para protegerle de un posible ‘undercut’ de Verstappen, luego llegó el incidente entre el neerlandés y Hamilton, dejando vía libre a Ricciardo que escudado detrás por Norris no tuvo complicaciones para ganar el Gran Premio de Italia.
Una victoria trabajada, dominando de principio a fin y que cierra una etapa muy oscura de McLaren, casi una década sin ganar una carrera de Formula 1, además con doblete porque Lando Norris en otra carrera excepcional del joven talento británico, terminó segundo. Tanta era la alegría que hasta Zack Brown se atrevió con el ‘shoey’.
Sainz y Alonso salvan los muebles en Monza
Carlos Sainz y Fernando Alonso salen de Italia sumando puntos para sus respectivos equipos en un fin de semana donde ni los Ferrari ni los Alpine estaban para deslumbrar demasiado.
El piloto madrileño terminó sexto pero sin posibilidades de poder escalar más posiciones. Su momento más crítico fue en la primera vuelta cuando Giovinazzi se salió de pista al intentar atacar a Leclerc y el italiano invadió la trazada de Carlos al volver a incorporarse a la carrera, impactando así contra la rueda delantera derecha de Carlos. Por suerte el Ferrari no salió mal parado, sí el Alfa Romeo que se quedó sin alerón.
A partir de ese punto, poca acción para el 55, defenderse de Bottas y Pérez resultó imposible con el déficit de velocidad punta que tiene Ferrari, por tiempo no quedó muy lejos del podio, pero en la práctica no hubo opciones de dar una alergría a los tiffosi.
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En cuanto a Fernando Alonso, terminó octavo sumando 4 puntos que más el décimo puesto de Ocon se convierten en un botín que en los garajes de Alpine seguramente no esperaban en un circuito donde no han podido mostrarse competitivos. Sin medios esta vez para hacer una gran maniobra, Alonso ha sacado un buen resultado limitando errores y aprovechándose de los incidentes de los demás tanto en el sprint como en la carrera del domingo. Y por supuesto no protagonizando él ninguno, cosa que en los embudos que se forman en las chicanes de Monza, no es fácil.