Tras la cancelación del Gran Premio de Emilia Romagna por las fuertes inundaciones que han sufrido el norte de Italia, el Mundial de F1 regresa este fin de semana a la acción con la celebración de una de las pruebas más legendarias de la temporada: Mónaco.
La cercanía de los muros en las estrechas calles de Montecarlo provocan que cualquier mínimo error sea penalizado al máximo. Por ello, es muy importante que los pilotos tengan la máxima de confianza con su monoplaza para atacar las fuertes frenadas del trazado y conseguir salir lo más arriba posible en la parrilla en una pista donde es prácticamente imposible adelantar.
Un objetivo que Mercedes quiere conseguir incorporando al W14 una serie de mejoras aerodinámicas en su desafío por elevar el rendimiento de la flecha de plata y aproximarse a la velocidad del Aston Martin, Ferrari y Red Bull.
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El 'Mercedes B' que llega a Mónaco para poner en jaque al Aston Martin de Alonso
DAZN, Getty Images
"Necesitamos gestionar nuestras propias expectativas, porque vamos a traer un paquete de actualizaciones que va a consistir en una nueva suspensión delantera, chasis, un nuevo suelo y otras cosas. Estamos buscando carga aerodinámica y estamos tratando de hacer el mejor trabajo posible a nivel de mecánica", confirmó Toto Wolff en el paddock de Miami.
"Estamos deseando sacar algunas variables de la mesa, donde creemos que hemos podido introducir algo que no entendemos en el coche. Podemos tener una plataforma más estable y desde ahí deberíamos ver dónde está la base y lo que podemos hacer desde ese punto", amplió el dirigente austríaco.
"La evolución que vamos a traer nos va a ayudar a establecernos en la dirección correcta y entender las zonas en las que podemos entender por qué el coche es tan complicado de conducir", finalizó Wolff.