Si los aficionados a la Premier League se habían quedado con ganas de ver espectáculo tras la ola de contagios de coronavirus que obligó a cancelar seis partidos de la 18ª jornada, el Tottenham - Liverpool las suplió de la mejor forma posible. Ambos equipos nos regalaron a todos un auténtico partidazo al que no le faltó de nada: goles, polémicas, expulsiones y errores incomprensibles.
El conjunto de Antonio Conte llegaba al encuentro después de superar el brote de COVID-19 que le ha obligado a estar dos semanas sin competir, mientras que los de Jürgen Klopp, lo hacían en un gran estado de forma, pero con bajas sensibles a causa de la pandemia o el resfriado de Jordan Henderson, que obligó al alemán a introducir a Tyler Morton en el once titular.
A los 12 minutos de juego, Harry Kane mandó un aviso, pero Ibahima Konaté apareció para evitar que el balón entrase en la portería. Pero, segundos después, el delantero inglés recibió un gran pasde de Ndombelé e inauguró el marcador con un magnífico disparo cruzado.
Los Spurs pudieron aumentar la ventaja por medio de Delle Alli, pero Alisson evitó con la punta de sus dedos el segundo tanto en contra de su equipo. Harry Kane volvió a ser protagonista, pero esta vez por una acción muy polémica que desató los abucheos del Tottenham Hotspur Stadium. El gran pilar del cuadro londinenses en los últimos años no midió bien en una disputa de balón y entró con muy mala intención sobre Andy Robertson. A pesar de las protestas de todos los allí presentes, el inglés sólo se llevó una tarjeta amarilla, algo que además levantaría muchas ampollas teniendo en cuenta lo que sucedería en el segundo tiempo.
A pesar de que los locales mandaban en el marcador y en ocasiones creadas, el Liverpool dominaba la pelota y en el 35', Diogo Jota definió de cabeza tras un centro de Andy Robertson y puso el 1-1. Antes del descanso, los de Klopp tuvieron la oportunidad de darle la vuelta al encuentro, pero Hugo Lloris se interpuso en su camino. El portero francés reaccionó de forma excelente para detener una espectacular volea de Trent Alexander-Arnold.
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Este ritmo frenético continuó en el segundo tiempo, que comenzó con un intercambio de ocasiones. Robertson le dio la vuelta al marcador en el 69' y hacía soñar al Liverpool con los tres puntos. Un tanto muy protestado por Antonio Conte, pues Salah pareció ayudarse de la mano para bajar el balón en la jugada que inicio el gol de los reds. El Tottenham respondió rápidamente y aprovechó un terrible error de Alisson. Heung Min-Son salió rápido al contragolpe y el brasileño salió de su área para evitar la ocasión. Sin embargo, no calculó bien y en vez de despejar la pelota permitió al coreano marcar el empate a puerta vacía.
Los últimos 15 minutos del encuentro fueron de auténtica locura. Después del empate de los Spurs, Andy Robertson se marchó expulsado por una durísima patada sobre Emerson Royal. En un principio, el escocés sólo vio la amarilla, pero tras la revisión del VAR, el árbitro cambió su decisión y le sacó la roja directa. Esta acción fue muy protestada por el banquillo del Liverpool, que creía que Harry Kane debía haberse ido con el mismo castigo en el primer tiempo.
A partir de ahí, el encuentro se calentó y el balón apenas pudo rodar. Las faltas se sucedían y los jugadores de ambos equipos se enfrentaron en varias ocasiones por discrepancias sobre el terreno de juego. Pero aún habría tiempo para alguna acción de peligro más. Alisson se resarció de su error en el segundo tanto del Tottenham y sacó una mano providencial para evitar el tercero ante Son, que una vez más fue uno de los grandes baluartes del conjunto de Conte.
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De esta forma, los Spurs han cortado una racha de seis victorias consecutivas del Liverpool en Premier. Con este empate, los Reds pierden dos puntos muy importantes en la lucha que mantienen con el Manchester City por el liderato de la Premier. Ahora, los de Jürgen Klopp están a tres de los de Guardiola, que continúan de goleada en goleada.