Los duelos entre entre Leeds y Manchester United son unos de los más especiales de toda la Premier League. Conocida como la Rivalidad de las Rosas, originada por la fuerte enemistad entre los condados históricos de Lancashire y Yorkshire, que se cree popularmente tiene sus orígenes en la Guerra de las Rosas del siglo XV, la hostilidad se ha trasladado hasta los terrenos de juego.
Y la última edición de este derbi ha vuelto a dejar clara la intensidad con la que los jugadores salen siempre a afrontar este partido. Las gradas de Elland Road se vistieron de gala para acoger el duelo ante los Red Devils. La afición del Leeds recibió a los de Ralf Rangnick entre abucheos y cantando a pleno pulmón el clásico Marching on Together bajo una lluvia intensa que auguraba que lo que íbamos a presenciar iba a ser histórico.
El Leeds de Marcelo Bielsa saltó al césped sin temor alguno. Quiso hacerse con el control de la pelota e intentó llegar hasta la portería de De Gea, pero sus acercamientos fueron demasiado tímidos. Forshaw disfrutó de una gran ocasión en el minuto 22, pero el portero del Manchester United hizo gala de sus grandes reflejos para evitar el gol.
Cristiano Ronaldo respondió poco después, pero se encontró con un gran Meslier que despejó el balón con la rodilla.
A la media hora de partido, Bielsa tuvo el primer contratiempo del partido. Robin Koch tuvo que abandonar el terreno de juego por lesión y Junior Firpo tuvo que entrar en su lugar. Los Red Devils aprovecharon que el Leeds debía recolocarse y Bruno Fernandes comenzó con su particular show. El portugués recibió un gran pase al borde del área y mandó un aviso en el 34' ante el que respondió bien Meslier.
Un minuto después, el United aprovechó el balón parado para abrir el marcador. Luke Shaw ejecutó un córner con maestría y Maguire se impuso en el área a la defensa del Leeds para mandar el balón directo a la red.
Justo antes del descanso, los de Rangnick asestaron el segundo golpe. Jadon Sancho colgó un balón bombeado al área que Bruno Fernandes cabeceó dentro para aumentar la ventaja para su equipo.
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Lejos de amedrantarse, el Leeds salió a la segunda parte con todo para buscar la remontada. En el 53', lo que parecía ser un centro de Rodrigo terminó siendo todo un golazo para los locales. David De Gea no calculó bien en la salida y la pelota entró en su portería para alegría de todos los aficionados del Leeds presentes.
Tan sólo unos segundos después, Raphinha puso el empate en el marcador y Elland Road estalló de júbilo. Los de Bielsa pasaron del 0-2 al 2-2 en apenas un abrir y cerrar de ojos y el espíritu de la remontada se palpaba en el ambiente.
The Whites continuaron empujando en busca del milagro, pero no consiguieron ser precisos. En el minuto 70, Fred acabó con la alegría local anotando el 2-3 tras un gran pase de Jadon Sancho.
El Leeds siguió intentándolo con más corazón que buen juego por medio de Klich, Raphinha y Rodrigo y el partido se calentaba cada vez más. Las faltas comenzaron a sucederse y los jugadores protagonizaron más de una trifulca sobre el terreno de juego.
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Anthony Elanga puso el 2-4 definitivo y remató el encuentro para el Manchester United en el 89' después de una exquisita asistencia de Bruno Fernandes, que fue, sin duda, uno de los nombres propios del partido. El sueco, que mandó callar a Elland Road, puso el broche de oro a un duelo que cumplió y superó todas las expectativas.
Gracias a esta victoria, los Red Devils se afianzan en la cuarta posición de la Premier con 46 puntos abriendo una brecha de 4 con West Ham y Arsenal por la lucha por estar en la Champions League la próxima temporada.
Por su parte, el Leeds queda muy tocado con esta derrota. Los de Marcelo Bielsa, decimoquintos con 23 puntos, se asoman peligrosamente al abismo del descenso, especialmente después de las victorias de Watford y Burnley. Con un colchón de tan sólo 5 puntos, tendrán que emplearse a fondo para no caer al final de temporada.