El West Ham venció y convenció en un serio partido de los de David Moyes disputado en Selhurst Park ante un Crystal Palace que, sin embargo, comenzó asustando con un disparo que se estrelló en el poste derecho de la meta de Fabianski a los 40 segundos de partido. Jeffrey Schlupp aprovechó un pase de Jordan Ayew en el interior del área para, con la pierna derecha, mandar el primer aviso a los hammers.
Los visitantes, no obstante, se mostrarían superiores durante buena parte de la primera mitad. El máximo artillero del West Ham, Michail Antonio, anotó el primer tanto del partido a los 22 minutos tras un centro de Benrahma desde la banda izquierda que el delantero hammer mandó al fondo de la portería de Vicente Guaita sin que el arquero español pudiera impedirlo.
Dos minutos después llegaría la genialidad del partido y, probablemente, de la jornada en Inglaterra. Manuel Lanzini se internó en el área de los eagles. El central local, Joachim Andersen, salió al paso para tratar de evitar el avance del talentoso atacante argentino. Pero ni siquiera estuvo cerca de conseguirlo. Lanzini levantó la bola, se marchó de su marcador y, sin que cayera el balón y con la pierna izquierda, fusiló a Guaita para duplicar la ventaja del West Ham y marcar uno de los goles más espectaculares y difíciles de la temporada hasta el momento.
A pesar del 0-2 en contra, el Crystal Palace no se vino abajo y se rehizo de inmediato para buscar meterse de nuevo en el partido lo antes posible. Poco después de que se cumpliese la media hora de partido, de nuevo Jordan Ayew dejaba un pase en el interior del área, esta vez a Odsonne Edouard, para que el atacante francés disparara sobre la portería de Fabianski. Pero la fortuna volvió a sonreír a los de David Moyes y el remate del extremo galo se topó con el larguero hammer.
Cuando todo hacía indicar que dos goles serían la diferencia entre ambos equipos al término de los primeros 45 minutos, se produjo una de las jugadas más surrealistas del encuentro. Tras un centro al interior del área del Crystal Palace despejado por la defensa local, el mediocentro Luka Milivojevic, tratando de controlar el balón, todavía en la zona de castigo y sin un marcador cerca, se colocó la pelota con la ayuda del brazo, decretando el colegiado penalti tras revisar el VAR.
Aquello tuvo lugar en el tiempo de descuento de la primera parte. Lanzini disparó y Guaita adivinó la dirección del balón, pero no pudo impedir el tanto visitante. De esta forma, los de Moyes enfilaban el túnel de vestuarios con una cómoda renta de tres goles sobre un Crystal Palace que había estrellado hasta dos balones en la madera del West Ham.
En la segunda parte el equipo de Patrick Vieira seguía intentando, con cierto ahínco, algún gol que posibilitara, al menos, el sueño de lograr un empate ante uno de los mejores equipos de la primera mitad de temporada en la Premier League.
Pero no fue hasta el minuto 82 cuando, después de un centro de Michael Olise cazado por Odsonne Edouard en el interior del área, el Crystal Palace logró marcar su primer gol. El remate del futbolista francés cambió la dirección del balón y Fabianski no pudo hacer nada para marcharse de Selhurst Park con la portería a cero y servía, además, para que la hinchada local se viniera arriba tratando de alentar a su equipo para marcar pronto un segundo gol que llevara a un estado de nerviosismo a los futbolistas hammers.
Y vaya si llegó. Ocho minutos después, cuando se cumplía el 90, Michael Olise, con una falta botada desde el vértice del área, ponía el 2-3 en el marcador tras un centro que no tocó nadie y ante el que Fabianski hizo la estatua. Restaba el tiempo de descuento y el Palace estaba cerca de lograr una auténtica machada con Selhurst Park completamente volcado.
Los cuatro minutos de descuento, sin embargo, se quedarían cortos para la heroica intentona de los de Patrick Vieira, que aun así dispusieron de una ocasión de Mateta que, con una chilena dentro del área, estuvo a punto de marcar un golazo para restablecer el empate en el marcador, algo que nunca sucedió.