Hablar de Nick Hornby es hablar del Arsenal. Del fútbol inglés más puro. De Fiebre en las gradas. Su pasión por los gunners es la protagonista de una de las obras más importantes de la literatura sobre fútbol, que después se convirtió en película y que ahora tiene hasta su propia obra de teatro, donde decenas de aficionados acuden cada semana para rememorar que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Para celebrar el regreso de nuestro programa Fever Pitch, ya disponible en DAZN, hemos querido hablar con él y reflexionar sobre cómo ha cambiado el fútbol inglés en los últimos años y el sentimiento tan puro que existe en su país hacia este deporte. El autor de Fiebre en las gradas nos recibe en su casa de Londres y hace gala en todo momento de su fino humor inglés que caracteriza sus obras.
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"El fútbol significa mucho para mí. Ahora estoy viendo a gente jugar para nosotros que tal vez no sabía mucho sobre el Arsenal hace pocos meses. Y así lo siento. Mi conexión es mucho más fuerte que la de algunos jugadores", explica el autor de novelas como Alta fidelidad o Un gran chico sobre qué significa para él el fútbol.
"Estas cosas no van a significar tanto para ti si no las has hecho durante un largo periodo de tiempo. Es mi club. Y es bastante extraño cuando piensas que todo cambia, el entrenador, los jugadores, las camisetas. Incluso en mi caso, el estadio es diferente. Así que sólo es una idea que sobrevive. No es algo natural. Y es mi relación, mis recuerdos, mi relación con la gente. Sentado a mi lado, mi relación con mis hijos, mi relación, como era con mi padre, también, ya no está con nosotros. Así que hay mucha representación en el campo que el propio club no llega a entender", sigue.
Nick Hornby no lo pasó bien durante la pandemia. No poder ir a ver a su equipo cada fin de semana y ver el estadio vacío, sin gente, sin alma, fue muy duro.
"La pandemia fue horrible por la falta de ruido. Hubo un gran momento durante la pandemia y el cierre cuando volvió el fútbol. No había habido ningún deporte y entonces volvió, pero con un estadio vacío. El Arsenal ganó la FA Cup en un estadio vacío. Y el ruido en mi casa era increíble. Así que no era tanto que no hubiera aficionados, sino que no hubiera ruido", asegura en exclusiva para DAZN.
"En otros países, el ruido de los estadios no corresponde con lo que está pasando"
Vivimos en un momento en el que en la mayoría de estadios, la gente está más pendiente de sacar una fotografía de sus ídolos o de grabar un gol que de lo que está pasando en el propio partido. Y eso en Inglaterra es diferente.
"Creo que la edad de los clubes es importante, ya que muchos de ellos se fundaron en el siglo XIX y han permanecido exactamente igual que en esa época. Así que hay una conexión que sigue y sigue y sigue. Muchas ciudades tienen más de un club, incluso las más pequeñas. Hay una gran fiebre por los derbis. El Norwich y el Ipswich son enemigos, aunque no tengan muchos títulos", afirma.
"Tal vez esté más arraigado aquí. Me he dado cuenta cuando he ido a ver fútbol en otros estadios, que la gente hace ruido, pero el ruido no se corresponde con lo que está pasando en el campo. Mientras que en Inglaterra, la gente está muy atenta y hace ruido cuando un pase sale mal o alguien falla una ocasión", continúa.
Hornby opina que la primera vez que pisas un estadio de fútbol es uno de los momentos más emocionantes de tu vida, y así lo relata en Fiebre en las gradas.
"La primera vez que formas parte de una gran multitud cuando eres niño es siempre algo memorable. Luego hay muchas cosas que suceden cuando vas a un estadio que no ves en ningún otro lugar que no sea Inglaterra. La combinación de cebollas fritas, perritos calientes, la mierda de caballo y tabaco. Ese olor era especial. Ahora mucho de eso se ha perdido", cuenta.
"La Premier League cambió el fútbol inglés"
En 1992, el fútbol sufrió una metamorfosis en Inglaterra. Se creó la Premier League y llegó una gran inyección de dinero que lo cambió todo.
"En los 80 y principios de los 90, el fútbol estaba muerto. Era violento. La gente empezó a dejar de ir. Era peligroso. La gente era asesinada. Y entonces la Premier League y el dinero de Sky, decidieron cambiar el deporte. Lo hicieron más caro, cambiaron la naturaleza de la audiencia y pensaron que eso haría que entraran menos hooligans en los estadios", relata Hornby.
"Con el dinero vienen los jugadores. En 1995 estaba viendo a Dennis Bergkamp en mi club. Fue increíble para mí ver a Bergkamp y todos los que vinieron detrás de él jugar en el Arsenal durante años. La gran diferencia entre los nuevos jugadores y los antiguos, es que estos últimos se emborrachaban los viernes por la noche y jugaban los sábados por la tarde. Eran adictos a las drogas", asegura.
"Todos tuvieron que cambiar, porque se dieron cuenta de que no podían jugar con ellos o contra ellos si no empezaban a comportarse. El fútbol se hizo más rápido y mejor técnicamente y durante bastantes años. Creo que fue una combinación electrizante".
"El estilo de fútbol español es como queremos ver a nuestros equipos jugar"
Desde que Nayim, primer español en jugar en Inglaterra, llegara al Tottenham, decenas de jugadores españoles han pasado por las islas. Y casi todos ellos han dejado un grato recuerdo.
"Todos amamos a los jugadores españoles. El estilo de fútbol español y el tiki taka, así es como queremos ver a nuestros equipos jugar. En el Arsenal en particular, hemos amado a Fàbregas y Cazorla, nos dieron muchas alegrías", dice el escritor inglés.
Hornby define al jugador español como "pequeño, técnico, decidido y comprometido" y pone los ejemplos anteriormente mencionados y el de Azpilicueta en el Chelsea y Nacho Monreal también en el Arsenal.
Y por supuesto, lo mismo ocurre con los entrenadores españoles. "Hay algo en España e Inglaterra que parece combinar bastante bien. Pero creo que si preguntas a cualquier aficionado inglés, te dirá que los jugadores y entrenadores españoles han sido mayoritariamente queridos y admirados".
"En Inglaterra, cualquier equipo pequeño puede ganar a un grande"
Cada fin de semana, la Premier League ofrece el mejor de los espectáculos. Equipos con menor poderío financiero son capaces de arrasar a cualquier miembro del 'Big Six'. Siempre hay sorpresas. Por eso existen casos como el del Leicester, que fue campeón por primera vez en su historia en la temporada 2013/2014.
"Todos los clubes pequeños que luchan en Inglaterra son capaces de ganar a un gran club debido a la exigencia física de la Premier. Así que si el Burnley gana al Manchester City, es una sorpresa, pero no te sorprende. Es un partido difícil. El Southampton es un partido difícil. Hay muchos equipos así", afirma Hornby.
"Hay algo que creo que es único en Inglaterra, que los aficionados apoyan al equipo. Merece la pena ver cada partido", concluye.
¿Por qué Fever Pitch?
No nos equivocamos cuando se nos ocurrió homenajear a Nick Hornby, usando el título de su libro, Fever Pitch, para nuestro magazine sobre la Premier League. Queríamos que nuestro programa trascendiese la pasión por el juego para entender mejor el impacto cultural del fútbol en toda la sociedad. Queríamos homenajear al aficionado contando historias que emocionasen, como él hizo ya en 1992 cuando publicó su novela, traducida en España como ‘Fiebre en las gradas’.
Cuando tuvimos la opción de hablar con él, volamos a Londres para agradecerle que apadrinase nuestro concepto y para disfrutar de sus reflexiones sobre el arte de animar desde las gradas. Aprendimos mucho de muchas cosas, pero podríamos resumir en tres puntos su esencia:
- El fútbol es memoria, sí, pero el fútbol también es expectativa.
- Todo son posibilidades. Todo son incertezas. Ahí reside el riesgo de amar este juego. La felicidad que provoca este juego parte de una primera fascinación infantil: los olores de los estadios, los sonidos de la gradas, la sensación de estar siempre acompañado. Pero es una felicidad extraña, que con los pasos de los años deviene en disfrutar del juego con una “seriedad” impropia a cualquier espectáculo. Al fútbol se viene a disfrutar. Pero también se viene a sufrir.
- El fan es el verdadero embajador del juego. Mucho más que los futbolistas. Invierten toda su vida, y no solo una porción, en amar un concepto, unos colores, un club. Su comprensión de las emociones es mucho mayor que la de ningún jugador. Visto así, no es de extrañar que el propio Hornby, o muchos de nosotros, prefiramos ser aficionados a futbolistas. Nos encanta amar ciegamente.
Conversamos con él en su oficina de Islington. Y así comprendemos mucho mejor la Premier League, el fútbol y, claro está, la vida misma.