Llega mayo y París cambia de color. El albero inunda las pantallas de los smartphones, los franceses más esnobs desempolvan sus sombreros panamás y la Philippe-Chatrier se viste de gala para acoger la edición número 125 del Abierto de Francia. Los recogepelotas, encantados, se manchan de polvo de ladrillo sus impolutas zapatillas, estrenadas para la ocasión. Y desde el cielo, el piloto de combate y pionero de la aviación francesa, Roland Garros, vigila con atención a ese tenista de aspecto indomable que ha elevado el torneo que lleva su nombre a los altares del tenis.
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Pero ese niño que se hizo hombre a base de levantar Copas de los Mosqueteros, se enfrenta al mayor reto de su carrera, el de ser el tenista masculino con mayor número de Grand Slams. Un hito al alcance de nadie. 102 partidos después de su primera victoria en la arcilla francesa, Rafael Nadal, actual Cónsul de la República de la Tierra Batida, se presenta como candidato a Presidente del Salón de la Fama del tenis mundial. En su cabeza y en sus piernas, únicamente dos derrotas, pero que pesan más que los 13 títulos logrados.
Pero… ¿qué o quién osa desafiar su hegemonía? Candidatos no faltan. Analicemos pues:
Novak Djokovic: Una maravilla para el aficionado al tenis, una pesadilla para el fan español. Mencionar su nombre es lo más parecido a estar en alta mar y escuchar la palabra tiburón. El actual número 1 del mundo, y campeón de Roland Garros en 2016, huele la sangre como nadie y aprovechará cualquier atisbo de duda del balear para lograr su segundo trofeo y acercarse aún más a Federer y Nadal. El serbio es lo más parecido a la perfección, puesto que ha alcanzado la final de un Grand Slam en 7 de los últimos 10 en los que ha participado, logrando la victoria en 6 de ellos. Domina el circuito de manera implacable y es, sin duda, la mayor amenaza para Nadal en su camino hacia la historia.
El regreso de Roger Federer: El retorno del suizo se antoja como uno de los mayores atractivos de esta edición. En pleno rodaje, Federer reconocía recientemente que aún le quedan al menos 10 partidos para recuperar sensaciones competitivas tras su largo parón por lesión. A pesar de sus 39 años, cada encuentro suyo es un regalo para los aficionados, que centrarán toda su atención en exprimir al máximo la oportunidad de ver la que, puede ser, última participación de “Su Majestad” en Roland Garros. Consciente de que su marca está cerca de ser superada, el de Basilea se aferra a su enésima juventud para demostrar que los libros de leyendas no se escriben con los años, y sí con la muñeca.
Los ‘Millennials’ se han hecho mayores: Una generación que se ha cansado de llamar a la puerta, ahora prefiere tirarla abajo. Liderados por Dominic Thiem -finalista en las dos de las tres últimas ediciones de Roland Garros-, los Zverev, Medvedev, Schwartzman o Shapovalov se han convertido en los rostros que quieren dominar el presente del tenis mundial. Con permiso de Stefanos Tsitsipas y Andrey Rublev, claro.
Mención especial para estos dos tenistas, que actualmente gozan de un estado de forma envidiable. El tenista griego ya ha demostrado que puede vencer a cualquiera en tierra batida, habiendo logrado el título en Montecarlo y llegando a la final del Conde de Godó frente a Nadal. Por su parte, el joven ruso dejó una estadística para el recuerdo en la edición anterior del torneo, logrando 53 aces, 14 más que cualquier otro jugador.
El factor Alcaraz y la nueva armada española: El prodigio murciano encabeza una nueva camada de tenistas españoles que viene cosechando buenos resultados y que seguro dará que hablar en el futuro. Alcaraz, con 18 años recién cumplidos, y con registros de precocidad similares a los de su ídolo, quiere mejorar su ranking y colarse en el top 100 (actualmente ocupa la posición número 114). Todos los ojos están puestos en él.
Por su parte, el malagueño Alejandro Davidovich parece que ha conseguido cambiar su mentalidad y centrarse en sus objetivos. De manera silenciosa, el de Fuengirola llega a París después de haber realizado buenos torneos, reflejados en su ranking ATP. Actualmente ocupa el puesto 45, pero una buena actuación en el torneo francés le daría el impulso necesario tanto a nivel tenístico como mediático.
Otros nombres propios que el aficionado español debe tener presente son el de Jaume Munar (puesto 80), Pedro Martínez (puesto 99) o Carlos Taberner (puesto 137). Junto a ellos, y con un rango mayor, liderarán el batallón nacional Roberto Bautista, Pablo Carreño y Pablo Andújar, gerifaltes fieles y leales a los que nunca se debe descartar.
Jóvenes talentos y posibles sorpresas: El circuito pasa por un gran momento en cuanto a talento futuro se refiere. Si 2020 fue el año de la aparición de los nuevos rostros, 2021 se presenta como la confirmación de que la “Next Gen” ya está aquí. Jóvenes tenistas que se encuentran en proceso de consagración, como Casper Ruud (viene de hacer su mejor papel en el Mutua Madrid Open), Félix Auger-Aliassime (el nuevo talento entrenado por Toni Nadal) o Álex de Miñaur (el futuro del tenis australiano). Otros nombres propios son los americanos Sebastian Korda y Brandon Nakashima, que ven en Roland Garros una oportunidad de oro para acaparar todos los focos.
No se puede cerrar este elenco de prometedores deportistas sin mencionar al que es considerado claramente como sucesor claro al trono, y candidato al número 1, Jannik Sinner. El jovencísimo talento italiano ocupa, a sus 19 años, el actual número 17 del ranking ATP. Un fuera de serie que está llamado a gobernar sobre sus coetáneos.
Un grito se escucha al unísono en la conexión telepática -pasillos de la Philippe-Chatrier y salones de los hogares españoles- Allez, allez, Nadal! ¡Vamos Rafa! Es más que un mensaje, es un mantra que se repite desde 2005. Con él, con Rafael, las sensaciones son siempre las mismas.
Cuanto mayor y más difícil parece el reto, mejor responde y te hace admirar (más aún si cabe) su figura. Nadal no necesita de fuerzas ajenas, es simplemente él y su conexión con la pista francesa. No existe simbiosis más perfecta. Que la tierra te acompañe, Rafa.