Tuvo sus beneficios que hubiera mil aficionados enloquecidos en la arena de boxeo británica por primera vez desde que la pandemia de COVID-19 detuvo por completo el deporte. Uno de esos beneficios fue el nivel extra de intensidad que aportó al nocaut a Kubrat Pulev en el noveno asalto con el que Joshua retuvo los títulos del peso completo de la AMB, la OMB y la FIB la noche del sábado.
Parece que también tiene otras ventajas, pues el campeón aprovechó la presencia de la afición socialmente distanciada para llevar a cabo una investigación de mercado luego de la pelea para averiguar quién debería ser su próximo oponente.
"Yo peleo para los aficionados", dijo Joshua, que ahora está 24-1 con 22 nocauts, cuando le preguntaron si quería que su siguiente enfrentamiento fuera contra Tyson Fury. "Voy a pelear con quien ellos quieran que pelee. Es mejor preguntarles a ellos".
Y eso fue lo que hizo "AJ". Fue diciendo los nombres de sus posibles oponentes para medir la reacción de los mil aficionados incondicionales que estuvieron dispuestos a pagar un monto considerable para volver a estar frente a la acción.
Cuando el nombre de Fury por fin salió de los labios de Joshua, pareció como si la SSE Arena hubiera incumplido el protocolo para el coronavirus y en realidad hubiera permitido que el recinto se llenara.
Joshua vs. Fury ha sido la aspiración máxima en el peso completo por casi un año, desde que el mismo Fury eliminó a Deontay Wilder del debate luego de vencerlo en siete asaltos en su revancha de febrero que se celebró en Las Vegas y en la que ganó el único cinturón principal que no le pertenece a Joshua.
Esto se acentuó cuando los promotores de ambos acordaron en principio los términos financieros de una pelea y una cláusula de revancha para las dos partes. Y se acrecentó todavía más cuando Wilder se puso a despotricar con muchos pretextos mientras permitía que su cláusula de revancha se venciera (según Bob Arum) y reveló que efectivamente dejó pasar una pelea con Joshua en el proceso.
Lo único que faltaba por hacer era que cada uno de estos dos campeones del mundo británicos tuviera una pelea, aparte del pequeño detalle de por fin poder llenar un estadio otra vez. Y esta pelea va a llenar el estadio en el que se realice.
Fury, de hecho, optó por no volver a pelear este año cuando la trilogía contra Wilder se hizo humo. Joshua, desde luego, pasó por encima de Pulev. Y luego de tener mil aficionados en el lugar, más una vacuna en camino, nos gustaría pensar que no falta mucho para que la pandemia también deje de ser un problema.
Por supuesto, siempre está la posibilidad de que se asome la política de los deportes de combate, como lo ha hecho incontables veces a lo largo de la historia. Pero Hearn prometió esforzarse al máximo para hacer realidad la pelea cuando habló luego de la pelea estelar.
"Ha habido muchas pláticas a lo largo de los años", dijo el jefe de Matchroom Boxing. "Como dijo Joshua, necesitamos hablar menos y actuar más. Vamos a ser amigables y amables; sabemos lo que tenemos que hacer. A partir del lunes, intentaremos hacer que Anthony Joshua vs. Tyson Fury se haga realidad. Es la pelea más grande en la historia del boxeo británico".
Johnny Nelson, antiguo campeón mundial del peso crucero, admitió durante su participación como especialista en la cobertura de Sky Sports Box Office para el Reino Unido e Irlanda que le preocupaba que la pelea en realidad no se efectúe.
"Sería la pelea más grande que haya presenciado", dijo. "Es lo que el boxeo desea, es lo que los aficionados desean y es lo que los peleadores desean. Lamentablemente, este es el negocio del espectáculo y siempre es el negocio lo que arruina el espectáculo. Ojalá que tengamos al menos una pelea entre Joshua y Fury, pero me parece que pasará un tiempo antes de que suceda".
Fury tampoco se tardó en opinar al respecto, pues publicó en redes sociales que le pondría un alto a Joshua en dos o tres asaltos.