El mundo del boxeo había dado por acabado al nicaraguense Román González tras sufrir derrotas consecutivas ante el tailandés Srisaket Sor Rungvisai en 2017.
Sin embargo optó por permanecer en el deporte y demostrar lo contrario, buscando una forma para regresar a lo mejor de los libra por libra del boxeo.
Al llegar al combate del sábado contra el campeón del peso mosca del WBC, Julio César Martínez, González había ganado cuatro de sus últimos cinco combates. La derrota fue una controvertida decisión dividida ante Juan Francisco Estrada en marzo de 2021.
González ejemplificó por qué la pelea de Estrada fue un mero parpadeo en el radar, utilizando su golpeo de precisión para castigar a Martínez para ganar por decisión unánime en las tarjetas de 118-110, 117-111, 116-112 desde la Pechanga Arena en San Diego.
Martínez tuvo un exitoso primer asalto soltando las manos y lanzando combinaciones a velocidad y retando al ex campeón mundial. Pero González (51-3, 41 KOs) - dueño de una mayor experiencia - se dio cuenta de que podía absorber el poder de Martínez y entonces se puso a trabajar en el segundo asalto hasta la campana final.
"Queria sentir tu pegada, y lo llevé poco a poco. Mi esquina me mandó a no darle ni un asalto. Es muy valiente (Rey) aguanta muchos golpes. Estoy muy sorprendido, estaba en buenas condiciones. Todos saben que la última pelea que tuve con el Gallo gané la pelea. El unico que me ha ganado bien Sor Rungvisai, todas las demas las he ganado. Quiero lo que venga, si me pagan bien estaré aquí", dijo en la entrevista posterior al duelo el Chocolatito González.
Innumerables combinaciones, golpes al cuerpo, un juego de pies superior, una presión implacable y el hecho de ser el más fuerte de los dos permitieron a "Chocolatito" volver a la senda de la victoria para conseguir su quinto triunfo en sus últimos seis combates y así adueñarse del cinturón diamante del WBC que estaba en juego.
Martínez (18-2, 14 KOs, dos no-contestaciones) vio rota su racha de 20 combates invictos.