Con Jaime Munguía vs. Gabriel Rosado con todo el potencial para ser un combate sangriento en el Honda Center de Anaheim, California, el sábado por la noche, DAZN News recordó cinco guerras clásicas de boxeo entre México y Puerto Rico.
Antonio Margarito destrozó a Miguel Cotto con un KO en el 11 rounds el 26 de julio de 2008
Cotto entró en el MGM Grand Arena de Las Vegas como favorito en las apuestas, con un récord de 32-0, tras haber defendido cuatro veces su campeonato del peso welter de la WBA. Pero lo que obtuvo de Margarito esa noche fue una guerra absoluta. El mexicano, más alto, se enfrentó al puertorriqueño con un ataque implacable que le destrozó la cara. El final de la sangrienta carnicería llegó finalmente a través de un TKO en el undécimo asalto, con la mano levantada de Margarito, en un combate en el que el mexicano se ganó al instante el favor de los aficionados al boxeo y de los críticos por su espíritu de lucha.
Sin embargo, en la siguiente pelea de Margarito, contra Shane Mosley, se reveló que ocultaba yeso en la envoltura de su mano, lo que creó dudas sobre su enérgica actuación. Cotto se vengó de Margarito en diciembre de 2011, cuando el puertorriqueño cerró el ojo derecho del mexicano, obligando a terminar el combate al comienzo del décimo asalto, poniendo fin a su rivalidad.
Oscar De La Hoya sufrió su primera derrota con una controvertida decisión mayoritaria ante Felix Trinidad el 18 de septiembre de 1999
De La Hoya-Trinidad no sólo es uno de los mejores ejemplos de la rivalidad entre mexicanos y puertorriqueños, sino que sigue siendo uno de los combates de pago por evento con mejor rendimiento de la historia del boxeo.
La pelea tenía a De La Hoya ganando en las tarjetas hasta que pensó que estaba lo suficientemente cómodo como para ir a por todas en los últimos rounds. Eso resultó ser un error costoso para el "Chico de Oro", ya que Trinidad se hizo fuerte en esos últimos asaltos y convenció a los jueces para que lo vieran a su manera a través de una controvertida decisión mayoritaria.
Trinidad, que entonces tenía 26 años, le propinó a De La Hoya la primera derrota de su carrera en ese combate y también le arrebató el título de peso welter del WBC, además de su propio cinturón de la IBF, aquella memorable noche en el Mandalay Bay Events Center.
Felix Trinidad superó la adversidad para noquear a Ramón "Yory Boy" Campas el 17 de septiembre de 1994
El combate Trinidad-Campas duró poco, pero tuvo una buena dosis de fuegos artificiales. En el combate, el mexicano Campas descargó un corto y compacto gancho de izquierda que aterrizó a ras de la cara de Trinidad y provocó un rápido derribo del puertorriqueño en el segundo asalto.
Sin embargo, Trinidad se recuperó, soltando todo lo que tenía en su arsenal hasta que el "Yori Boy", con su mentón de granito, finalmente tuvo suficiente para un TKO en el cuarto asalto a favor de "Tito".
José Luis Ramírez sobrevivió dos caídas para noquear a Edwin Rosario el 3 de noviembre de 1984
Ramírez había sufrido una derrota a manos del puertorriqueño en mayo de 1983 por decisión unánime, y su revancha parecía ir en la misma dirección cuando Rosario derribó dos veces.
La revancha en el Estadio Hiram Bithorn de San Juan, Puerto Rico, tuvo a los dos combatientes yendo directamente al grano desde la primera campana, con Rosario marcando un nocaut instantáneo en el primer asalto, cortesía de una mano derecha directa a la cara.
Una estruendosa combinación de izquierda y derecha a la cabeza derribó a Ramírez también en el segundo asalto. Pero Ramírez tuvo una resonante recuperación en la que literalmente golpeó a Rosario hasta que las piernas del puertorriqueño quedaron completamente muertas, lo que resultó en un memorable nocaut técnico en el cuarto asalto para ganar el título de peso ligero del WBC y tomar los derechos de fanfarronería que vinieron con él de esta guerra sin cuartel.
Salvador Sánchez venció a Wilfredo Gómez en una verdadera guerra el 21 de agosto de 1981
¿Quieres ver a un peleador implacable que avanza y se niega a retroceder? Mira las imágenes de Sánchez golpeando a Gómez en el octavo asalto para retener sus títulos de peso pluma del WBC y The Ring. La valiente actuación reforzó el legado de Sánchez de una manera rotunda.