Lanzar golpes potentes durante más de media hora es una forma segura de dañar las manos de un púgil. Dado que la parte principal de la artillería de un boxeador contiene múltiples articulaciones y huesos, las lesiones en las manos son habituales en los púgiles.
A lo largo del campamento, los púgiles golpean los sacos, las manoplas y los compañeros de sparring, y es esencial que lleguen a la noche de la pelea, por lo que utilizan vendas de manos para proteger sus armas clave.
Esta mentalidad continúa en la gran noche, ya que una lesión en las manos de un boxeador durante la pelea puede ser desastrosa. Aquí, DAZN NEWS te explica cómo se deben vendar las manos antes de entrenar y pelear, así como cómo se rige un procedimiento tan crítico en la noche de la pelea.
¿CÓMO VENDAR LAS MANOS?
- Coge las vendas con la mano con la que escribes.
- Con la palma de la mano contraria hacia abajo, separa los dedos y pon el pulgar sobre la envoltura de mano, haciendo girar el material para fijarlo en su sitio.
- Coge la venda y envuélvela alrededor de la muñeca hasta que sientas que está bien ajustada. No olvides comprobar que la circulación es adecuada.
- Repite la envoltura del pulgar, luego la de la muñeca, y repite este proceso tres veces más.
- Es hora de centrarse en los nudillos, donde hay que envolver de derecha a izquierda, a través de la palma de la mano tres veces lo más apretado posible con los dedos aún separados.
- Esta vez, coloca la venda entre los dedos medio y anular, y envuélvala sobre la palma de la mano, luego llévela de nuevo sobre el pulgar.
- Envuelve los nudillos una última vez y vuelve a llevarla alrededor de la muñeca.
- El vendaje está ahora completo y puede ser asegurada en su lugar.
¿CUÁLES SON LAS REGLAS PARA VENDAR LAS MANOS DURANTE LAS PELEAS?
Cuando se trata de un deporte tan extremadamente físico y peligroso como el boxeo, es por supuesto vital que los vendajes de las manos (así como muchos otros aspectos) se haga de forma segura y justa.
Las normas de boxeo de varios organismos sancionadores establecen en gran medida que los boxeadores pueden tener a alguien de su elección como testigo del procedimiento de su oponente para asegurarse de que se ha hecho correctamente, siempre y cuando el representante elegido tenga una licencia de boxeo.
Este detalle, aparentemente insignificante, también puede provocar una animosidad extra entre los púgiles justo antes de entrar en guerra.
Por ejemplo, la noche de la gran victoria de Tyson Fury sobre Wladimir Klitschko por el título mundial de los pesos pesados en Dusseldorf en 2015, el ucraniano comenzó el procedimiento de envoltura de las manos antes de que llegara Asif Vali, el mánager de Fury. Como consecuencia, Vali exigió que volvieran a empezar el procedimiento de envoltura de la mano para poder ver desde el principio, como era su derecho.
Los indicios en ese momento sugerían que la decisión del campeón defensor de hacerlo antes de tiempo formaba parte de un plan mayor para irritar al retador y a su equipo.
El campamento de Fury tuvo que señalar un problema con la lona del ring, señaló que Klitschko llevaba alzas para parecer más alto en el pesaje, y luego el campeón se precipitó con la envoltura de las manos aunque seguramente sabía que se vería obligado a reiniciar. Si todo formaba parte de una misión de "juegos mentales", no funcionó: Fury superó a Klitschko por decisión unánime esa noche.