Demetrius Andrade retuvo la corona media de la WBO con una impresionante victoria en el segundo asalto ante un Jason Quigley, quien no pudo superar la potencia de su rival en turno.
El púgil de Rhode Island había prometido una exhibición impresionante y cumplió con su predicción previa al combate, ya que pasó por encima del irlandés con una facilidad enorme que lo llevó a depositar en la lona en tres ocasiones a Quigley en menos de seis minutos.
Andrade tuvo un gran comienzo, ya que un oportuno gancho de derecha en el primer round hizo caer a un aturdido Quigley. El irlandés demostró una magnífica resistencia para sobrevivir al asalto, pero el final estaba a la vuelta de la esquina, ya que Andrade mostró una amenaza similar en el siguiente episodio.
En el segundo asalto, una brutal mano izquierda dejó caer a Quigley de nuevo, y el golpe tuvo tanta fuerza que Andrade se subió a las cuerdas para celebrarlo prematuramente. Quigley superó la cuenta, pero la embestida continuó y el referi intervino para evitar que el retador, superado por las habilidades del campeón, recibiera más castigo.
Con esta victoria, Andrade se mantiene en la cima de la división de las 160 libras, y aseguró que se centrará inmediatamente en el choque de diciembre entre Gennady Golovkin y Ryota Murata, para retar al ganador.
Andrade insistió en que seguirá presionando para conseguir una pelea de unificación ante su compatrita Jermall Charlo. Después de la actuación de esta noche, puede que le resulte aún más difícil conseguir peleas.
"Hice lo que dije, y me sentí bien", dijo Andrade después. "¿Quién es el siguiente? ¿Qué es lo siguiente? Jaime Munguía tiene que pelear conmigo. Quiero estar con los mejores. Alinearlos. La afición tiene que exigir estas peleas y pedir lo mejor contra lo mejor".
"Quiero al que sigue ¿quién sigue? ¿qué sigue? Quiero a los mejores. Voy 31-0 y soy campeón ¿qué más tengo que hacer? Tienen que ayudarme a obtener la pelea, deben de evitar que los demás me huyan".