El tricampeón de los pesos pesados Oleksandr Usyk ha dejado claro que no volverá hasta el 2023 y de su siguiente rival sigue siendo un misterio.
Después de vencer a Anthony Joshua en agosto, se esperaba que Usyk se enfrentara en una pelea por el título indiscutido contra el titular del WBC, Tyson Fury. Sin embargo, Fury quería que el combate tuviera lugar a finales de 2022. El plazo no coincidía con el de Usyk, ya que quería descansar, pasar tiempo con su familia y curar algunas lesiones. Por lo que Fury pasó a negociar una pelea con Joshua que aún sigue en curso.
Recientemente, Usyk dejó claro que irá a Estados Unidos el 15 de octubre para ver el regreso de Deontay Wilder cuando se enfrente a Robert Helenius.
Usyk dijo a Ring.TV que le gustaría enfrentarse al ex campeón del WBC si supera a Helenius. Por supuesto, escuchar esos comentarios fue música para los oídos de Wilder. Quien aseguró que va por un regreso triunfal, por lo que espera que Usyk sea fiel a su declaración.
"Me he enterado de la situación de Usyk, y va a estar ahí", dijo Wilder a Sky Sports.
"Considero que Usyk es un hombre de palabra".
"Si Usyk dice que quiere darme una oportunidad para los títulos, entonces que sostenga su palabra. Siempre le digo a la gente que no miro más allá de los boxeadores, pero sí a través de ellos; no hay nada malo en eso, en tener confianza en uno mismo y en mirar hacia adelante una vez que se cierre este capítulo".
Wilder busca recuperarse tras dos derrotas consecutivas ante Fury. Es la primera vez que competirá en poco más de un año. El púgil, de 36 años, sabe que la presencia de Usyk es discutible si no vence a Helenius.
"Al final, tengo que ocuparme de los negocios", dijo Wilder. "Si no me ocupo de los negocios, avanzamos. Me estoy tomando una pelea a la vez. Me lo tomo todo un día a la vez. Una vez que haya cumplido y terminado lo que tengo que hacer con Robert, entonces seguiré adelante, y estaré esperando el próximo desafío, ya sea Usyk o cualquier otro".