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Boxeo

Después de Casimero vs. Rigondeaux, nos deben un Casimero vs. Nonito Donaire

Liam Happe
Después de Casimero vs. Rigondeaux, nos deben un Casimero vs. Nonito DonaireEsther Lin/SHOWTIME
Casimero vs. Rigondeaux - a pesar de toda la expectativa y amenazas - no estuvo ni cerca de lo que se esperaba.

El pasado sábado fue una noche muy ajetreada para el boxeo. Vergil Ortiz sostuvo la última gran prueba y la superó con un gran nocaut, así como la tercera noche del Matchroom Fight Camp 2. Pero también tuvimos el esperado combate de trilogía entre Joshua Franco y Andrew Moloney como evento principal de otra cartelera y cerrando con la velada, en duelo entre campeones Johnriel Casimero contra Guillermo Rigondeaux.

La escena del peso gallo en la actualidad es muy talentosa, con Rigondeaux y Casimero a los que se suman Naoya Inoue, clasificado libra por libra, y el veterano y soprendente Nonito Donaire, entre otros. Sin embargo, el combate del sábado en Carson, California, fue noticia por las razones equivocadas.

Como señaló CompuBox, hubo una clara falta de ganas de pelear a lo largo de los 12 asaltos del campeonato. Se rompieron récords, y no de los que se puede presumir.

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Fue una oportunidad para que muchos aficionados al boxeo que sintonizaron y se encontraron con la frustración de una mal llamada pelea a expensas de los dos combatientes que tuvieron dos tarjetas más parecidas al golf que al boxeo, según el analista Dan Canobbio.

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Pero, aunque esperaba una pelea mejor dadas las características de ambos, no podemos sorprendernos ni enfadarnos demasiado. 

Es fácil olvidar que, aunque el espectáculo y la capacidad de entretener pueden hacer maravillas en la carrera de un boxeador, todo se reduce a las victorias y las derrotas. Este deporte cuenta con una larga lista de combatientes fáciles de olvidar que iluminaron la pantalla dentro y fuera del cuadrilátero, pero que al final perdieron el interés de las masas porque cosecharon más derrotas que victorias.

Al fin y al cabo, estos gladiadores se someten a semanas de infierno y se meten entre las cuerdas en combates agotadores para ganar. Ese es el objetivo principal. 

Y el propio Rigondeaux le dijo a DAZN la semana pasada que es como un "crucigrama del boxeo" que pocos boxeadores pueden resolver. Él no hace más dinero por montar un espectáculo para la gente. Él hace su dinero por ser una persona que no tiene que entrar en las peleas de campeonato debido a su récord y su reputación.

Y en momentos como éste, vale la pena recordar cómo entró exactamente en esta pelea (bueno, después de haber sido alejado de ella inicialmente).

John Riel Casimero-Guillermo Rigondeaux

Los promotores se decantaron por Casimero vs. Donaire en lugar de Casimero vs. Rigondeaux. El sabor filipino, combinado con una mayor probabilidad de química en el ring y el renacimiento de Donaire desde que destronó a Nordine Oubaali por la corona gallo de la WBA, hizo que la carpa fuera más atractiva. A cierta distancia.

Luego, las cosas se desmoronaron de forma dramática. Tanto la parte de Nonito como la de John Riel se acusaron mutuamente de faltar a los protocolos contra substancias prohibidas, pero el resultado final fue que la pelea se canceló. 

A Rigondeaux se le ofreció rápidamente su asiento en la mesa. Y, a juzgar por cómo se desarrollaron las cosas el sábado, esa mesa bien podría haberse colocado en el centro del ring, acompañada de un par de sillas y una caja de Scrabble.

No es lo ideal, pero es comprensible, hasta cierto punto. Ahora, sin embargo, el movimiento debe ser averiguar exactamente cómo arreglar lo que se rompió en las conversaciones Casimero-Donaire y volver a ponerlo en marcha.

Los aficionados que sintonizaron el sábado, y los aficionados en todo el mundo, merecen que esa pelea se produzca finalmente. Ya ha sido un año bastante malo como para que los combates que son realmente emocionantes sean desechados en favor de duelos mucho menos atractivos. Si al menos pudiéramos volver a Casimero vs. Donaire, sería una compensación razonable para el panorama actual del boxeo, desde la perspectiva del cliente.

Si Casimero vs. Rigondeaux acaba sirviendo de aperitivo a la pelea de unificación de Donaire (y ahora seguramente un combate de rencor) en el gran esquema de las cosas, entonces en retrospectiva podemos al menos mirar atrás y reírnos de la puntuación de golf.