Tenían que ocurrir dos cosas para que la posible megapelea por el título indiscutible del peso ligero femenino entre Katie Taylor y Amanda Serrano se convirtiera en algo más que un sueño.
En primer lugar, Taylor tenía que vencer a Firuza Sharipova el 11 de diciembre. En segundo lugar, Serrano tenía que ocuparse del asunto el pasado sábado contra Miriam Gutiérrez.
Taylor se encargó de Sharipova con relativa facilidad. Y Serrano golpeó a Gutiérrez durante diez asaltos para cumplir su parte del trato. Tras su triunfo, Serrano entró en la sala de prensa con una sonrisa de oreja a oreja, y la expresión no abandonó su rostro durante todo el tiempo que estuvo en el estrado.
Durante la contienda con Gutiérrez, Serrano se mostró muy respetuosa con ella. A pesar de los intentos de todo el mundo por mantener la conversación únicamente en torno a Taylor, Serrano no picó. Pero cuando los jueces leyeron las tarjetas de puntuación en las que ella se llevó el triunfo, la campeona mundial de siete divisiones estaba lista para girar la atención a la que es la pelea femenina más importante, a pesar de que ambos bandos están todavía en negociaciones.
"Ambas estamos dentro de las tres mejores libra por libra", dijo Serrano. "Algunas listas me tienen en dos o tres. No importa cómo se mire. Dos chicas libra por libra se enfrentan. Tienes una campeona indiscutible y una campeona mundial de siete divisiones yendo a por la otra".
"Esa es la mega pelea que hará volar el techo. Estamos viendo el Madison Square Garden, la (sala) principal. Va a ser una noche increíble".
Si la pelea logra aterrizada, Taylor (20-0, 6 KOs) buscaría hacer la sexta defensa de sus cuatro cinturones, mientras que Serrano (42-1-1, 30 KOs) encadenaría una racha de 28 peleas ganadas en la más importante de la carrera de ambas. Al salir, Serrano tuvo una última cosa que decir.
"Es la hora de Katie Taylor, baby", dijo con entusiasmo Serrano.