No hubo muchos momentos de tensión para Oleksandr Usyk cuando le arrebató los títulos de peso pesado de la IBF, la WBA (súper) y la WBO de Anthony Joshua en septiembre.
Aunque absorbió una buena cantidad de castigo de Joshua, Usyk controló el centro del cuadrilátero, asestó los golpes más fuertes y fue el boxeador más técnico de los dos, lo que le llevó a convertirse en un campeón mundial de dos divisiones. Con la revancha a la vista, el 20 de agosto, Usyk recordó el primer combate y admitió que fue más difícil de lo que parecía.
"Fue una pelea muy difícil para mí", dijo Usyk a Boxing Scene.
"Todo el mundo sigue diciendo que fue un paseo fácil, pero no, no lo fue. Fue una pelea dura para él y para mí. Después del combate, volví al hotel, tomé algo de comida y me dormí sentado".
La revancha nunca estuvo en cuestión, ya que estaba obligada por contrato. Pero la cuestión de cuándo tendría lugar estaba en duda debido a que Usyk decidió entrar en el ejército ucraniano en la guerra contra Rusia en febrero. Después de consultar con la gente del frente y con otros de su círculo íntimo, Usyk decidió marcharse y comenzar los preparativos para su primera defensa del título contra el ex bicampeón unificado de los pesos pesados
"Lo único que hice fue rezar", dijo Usyk. "No quería salir de Ucrania, pero visité a mis amigos en el ejército y los visité en el hospital. Todos me pedían que participara en este combate, que tomara la revancha, y que luchara por todo el país de Ucrania. Incluso mi mujer, a la que quería enviar con mis hijos fuera de Ucrania, dijo que no iría. [Dijo que no iría, y eso es todo".