Con el corazón por delante y el orgullo de respaldo, el boxeador mexicano Juan Francisco Estrada venció en duelo de revancha al duro nicaragüense Román González el sábado por la noche en el Centro American Airlines de Dallas, Texas, en una cartelera transmitida por DAZN a más de 200 países.
Con dos coronas mundiales en peso supermosca sobre la línea y con la firme intención de vengar la derrota que sufrió a manos del Chocolatito en el 2012, Juan Francisco subió al ring a enfrentar una de las noches complicadas pero satisfactorias de su carrera y salió con la mano en alto con una decisión dividida que arrojó tarjetas de 115-113, 117-111, mientras que el tercer juez vio ganar a Román por 115-113.
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“Me sentí muy bien. Román es un gran peleador y merece la revancha. La pelea iba muy pareja y por eso apreté al final, si yo sentía un golpe buscaba dos o cuatro golpes más para hacer la diferencia… Pero antes de pensar en esa trilogía de hecho Rungvisai es el obligatorio”, declaró al bajar del ring el peleador mexicano que sumó su victoria número 42 en el terreno profesional.
Con un ritmo que los llevó a lanzar más de 2 mil golpes durante los 36 minutos de pelea, Juan Francisco y Román se enfrascaron en una guerra donde la iniciativa se turnaba. Román con una mano derecha estudiada y con fortaleza hizo tambalearse en varias ocasiones al mexicano. Mientras que con contragolpeo, pasos laterales y movimientos de cintura Estrada conquistó a los jueces.
“Creo que antes de esta pelea en algunas listas libra por libra estaba en el lugar 7 pero ojalá – primero Dios – con esta victoria entre en los primeros 5 del mundo”, abundó el sonorense, quien además se convirtió en el primer mexicano en superar a Román González, que llevaba un récord de 20 tricolores vencidos.
La tristeza apareció en el rostro de Chocolatito tan pronto escuchó las tarjetas, pues por tercera vez en su carrera sumó un descalabro y no pudo evitar mencionar la palabra retiro.
“Pasó lo que tenía que pasar. Estoy muy feliz por el resultado, sin importar lo que sea. Hice un buen trabajo. Si gané la pelea y fue una pelea muy cerrada, no fue fácil. Cerré como nunca, hice un buen trabajo. Salí decepcionado, pero así es el boxeo. Ya demostré lo que tenía que demostrar… fue una pelea que disfrutamos ambos, pero no sé que estuvieron viendo. El mérito es de él, no fue su culpa. Creo que ya no hay nada que pensar ni hacer en el deporte”, dijo entre lágrimas.
González aseguró que su legado, que incluye cuatro categorías conquistadas, habla por si solo y no le queda nada más por hacer arriba del ring.