Jesse Franco tuvo la mejor semana en sus 22 años. En solo siete días se convirtió en campeón mundial supermosca del Consejo Mundial de Boxeo, luego de haber aceptado ser el rival de reemplazo para una contienda por el título mundial vacante.
El zurdo texano de 22 años logró convertirse en el monarca más joven del momento al dar cuenta por decisión unánime (117-110, 115-112 y 117-110) del ex campeón mundial mexicano Carlos Cuadras, quien se había preparado durante tres meses visualizando que del otro lado del ring estaría el tailandés Srinsake Sor Rungvisai.
La contienda desde el campanazo inicial fue de mucha exigencia. Cuadras arrancó buscando imponer su experiencia y con un trabajo a las zonas blandas mantuvo lejos a su rival. Pero tan pronto se superaron los primeros minutos de estudio, con velocidad y usando ángulos Jesse comenzó a ganar terreno.
La primera sorpresa llegó en el tercer round, cuando con una potente mano mando a la lona al experimentado Príncipe Cuadras, quien de inmediato se incorporó listo para hacer pagar la afrenta, pero no lo consiguió y fue castigado sobre todo con rectos al rostro y volados.
Aunque el ex campeón buscó recobrar terreno soltando sus mejores golpes, la movilidad del joven retador lo mantuvo a salvo de ser lastimado.
"Fue una pelea muy dura, mis respetos para Carlos Cuadras. Trajo a un Bam Rodríguez que yo no conocía. Sabía que sacaría lo mejor de mí, Cuadras es un gran guerrero", declaró el nuevo campeón, tras completar por primera vez en su carrera 12 rounds.
La esquina de Rodríguez, encabezada por el reconocido entrenador Robert García, tuvieron que trabajar en los descansos en mantener al margen una hemorragia por la nariz y mandaron a su pupilo a mantener mucha movilidad para evitar riesgos innecesarios.
Con esta victoria, Jesse mejoró su récord a 15-0 con 10 nocauts; mientras que El Príncipe Cuadras sumó su segundo descalabro al hilo, quinto en total.
En la misma cartelera la campeona Jamie Mitchel defendió el título gallo de la WBA ante la inglesa Carly Skelly.