Un duelo que prometía mucho no pudo llegar a su final, pues un cabezazo intencional obligó al referi a parar el duelo mundialista en el tercer round el viernes en la noche en Manchester, New Hampshire.
Después de un primer round explosivo, en el que tanto el monarca mexicano Julio César Martínez y su retador obligatorio y campeón plata, el McWilliams Arroyo, visitaron la lona, la pelea tuvo que ser detenida pues el boricua señaló que debido al choque de cabezas no podía ver con el ojo derecho.
Martínez y Arroyo tenían un saldo pendiente, pues esta pelea por el título mosca del Consejo Mundial de Boxeo tuvo que ser aplazada en varias ocasiones debido a situaciones externas.
Sin embargo, esta noche no pudieron definir quién es el mejor luego de que el referi decretara una pelea no válida.
Tras su caída en el primer episodio, Julio César se reincorporó para atacar con un potente gancho a McWilliams y a pesar de que estaba profundamente lastimado el isleño se incorporó para terminar la cuenta de protección de pie y regresar a su esquina.
En el segundo round, haciendo gala de velocidad y precisión, Martínez salió al segundo a ser el que presiona, obligando a Arroyo a amarrar en varias ocasiones y en uno de esos intercambios, ambos tuvieron un choque de cabezas que dejó como saldo dos cortes sobre el párpado del boricua.
Tan pronto como sufrió el corte, Arroyo comenzó a caminar a intentar contragolpear a Martínez que no soltó la presión y volvió a mandar a la lona a un Arroyo que supo que todo estaba perdido.
Para el tercer round, por petición del referi, subió el médico de ring y al revisarlo le pidió a McWilliams que confirmara cómo estaba su vista y el boricua aseguró que con ese ojo no podía ver, lo que obligó a parar la pelea. Al no pasar del cuarto round, la pelea fue declarada como no válida, con lo que Martínez mantuvo el título mundial y dejó su marca en un 18-1, con 14 nocauts, y con la puerta abierta para un duelo de revancha.
