Tyson Fury recurrió a sus redes para aplazar una vez más a Anthony Joshua que firme el contrato para hacer realidad esa superpelea que promete paralizar al mundo.
Se ha propuesto la fecha del 3 de diciembre, con el Principality Stadium de Cardiff como escenario favorito, en lo que sería uno de los mayores combates de la historia del boxeo británico y del peso pesado.
Un combate así daría a Joshua la plataforma internacional para recuperarse de las derrotas consecutivas ante el campeón mundial unificado de los pesos pesados, Oleksandr Usyk, y convertirse en tricampeón de los pesos pesados si consigue resolver el complejo rompecabezas que es el "Rey Gitano", actual titular del WBC.
Fury afirma que todos los términos están fijados contractualmente y que sólo se necesita la firma de Joshua para asegurar el mega encuento. Pero dada la historia del boxeo de negociaciones de contratos que no llegan a buen término, siempre hay una posibilidad de que la pelea se caiga.
Si esto último ocurre por cualquier motivo, Joshua podría volver a visitar a un enemigo conocido, nada menos que Dillian Whyte.
Joshua consiguió un TKO en el séptimo asalto contra Whyte en diciembre de 2015, superando el tambaleo que sufrió al principio de la pelea para conseguir la parada.
Por si acaso, Whyte está dispuesto a prestar sus servicios en una revancha contra "AJ" si el combate propuesto entre Fury y Joshua no resulta.
"Si la pelea de Fury no se hace con él y Joshua, yo y Joshua podemos pelear en diciembre si él quiere", dijo Whyte recientemente a Sky Sports.
"Se está entrenando para ello. Está preparado para ello. Está dispuesto a enfrentarse a Fury, así que si esa pelea no se hace, daré un paso adelante y aceptaré la pelea con Joshua".
Aunque nada podría superar la magnitud de una pelea entre Fury y Joshua, Whyte sería una opción viable como plan de respaldo y una que podría ser positiva para Joshua.
Una revancha de este tipo daría a Joshua, que cumplirá 33 años el 15 de octubre, la oportunidad de aumentar su confianza tras las consecutivas y duras derrotas ante Usyk, incluida la decisión dividida que se le concedió al ucraniano en agosto.
Además, Joshua tendría un desafío de vara de medir, teniendo en cuenta que Fury noqueó a Whyte en seis asaltos en abril. ¿Podría acabar con Whyte en menos tiempo?
Tal ruta también podría preparar a un Joshua reconstruido para desafiar a Fury en algún momento del próximo año, sin la loca prisa de un cambio de rumbo corto.
Pero si no sucede en diciembre, ¿quién dice que no puede hacerse en 2023? Este último escenario no quitaría en absoluto que el combate fuera una súper pelea.
En todo caso, daría a Joshua la oportunidad de entrar en la pelea con una victoria en su haber.