El campeón mundial inglés Tyson Fury volvió a pelear en un ring británico, luego de cuatro años de ausencia, y lo hizo a lo grande.
Ante 94 mil aficionados en el estadio de Wembley la segunda función con mayor cantidad de aficionados en casi 100 años, el Rey de los Gitanos no perdió el tiempo y puso en aprietos a su retador obligatorio, Dillian Whyte, desde el campanazo inicial.
Durante seis rounds Fury hizo gala de sus habilidades e hizo fallar y moverse a un rival que había esperado cuatro años para poder disputar su primer campeonato mundial, pero lo sueños de Whyte se congelaron cuando un uppercut al final del sexto asalto terminó con toda acción. Fury retuvo la corona de peso pesado del WBC, mientras que Whyte bajó desconsolado del ring.
Whyte se levantó aturdido durante la cuenta de protección del árbitro, y un preocupante tropiezo al volver a ponerse de pie obligó al referi a suspender el combate.
Mientras que Fury hizo gala de sus habilidades y movimientos sueltos, mezclado con jabs para mantener la distancia, Whyte buscó en todo momento cómo meter sus peligrosos ganchos, sin embargo se olvidó del castigo al cuerpo que le pudo haber cambiado su situación.
El sexto asalto fue relativamente tranquilo, con Dillian haciendo un mejor trabajo para proteger cualquier golpe peligroso, pero el campeón encontró la clave de la victoria a un segundo de que acabara el round.
Aunque Fury afirmó que se retirará después de este combate, aún está por ver lo que le espera, con posibles combates de gran envergadura con rivales como Oleksandr Usyk y Anthony Joshua,quienes se enfrentarán en duelo de revancha en un duelo por tres de los cuatro títulos mundiales.
"Soy uno de los mejores pesos pesados de todos los tiempos", dijo Fury en el cuadrilátero. "Dillian Whyte tiene el corazón de un león y la fuerza de un toro, pero estuvo ahí con un grande".