El campeón de los pesos pesados del WBC, Tyson Fury, llega a su segunda defensa del título mundial con más peso que su retador obligatorio, Dillian Whyte, pero no cumplió con la promesa de romper su récord histórico de peso, ya que en los últimos seis meses bajó seis kilos.
Fury pesó 120 kilogramos durante la ceremonia de pesaje que se realizó en el Boxpark de un Wembley abarrotado, lo que es significativamente más ligero que las 125 kilos que pesó para su tercera pelea con Deontay Wilder el pasado octubre. Whyte, por su parte, registró un peso de 114 kilos en la báscula.
Fury y Whyte participaron en un intenso cara a cara antes de darse la mano antes de la pelea de mañana por la noche.
Para Fury, este combate es un regreso a casa, el campeón del WBC vuelve al Reino Unido por primera vez en cuatro años, pero Whyte intentará aguar la fiesta ante los 94 mil aficionados que se tienen previstos para el estadio de Wembley.