Tyson Fury y Deontay Wilder habían mostrado un montón de desprecio el uno hacia el otro antes de iniciar la trilogía de este sábado.
Ante una arena TMobile en Las Vegas que lució abarrotada, ambos peleadores llegaron dispuestos a exponer sus mejores armas con tal de llevarse a casa el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo en la división de los pesos completos.
Lo que ofrecieron sobre el ring fue una de las mejores peleas por el título de la categoría en los últimos 25 años, ya que Fury y Wilder se combinaron para cinco caídas.
Desde el round inicial, un renovado y confiado Wilder salió a repartir sus mejores derechas para inclinar la balanza a su favor, pero la experiencia de Fury lo llevó a usar los 18 kilogramos de diferencia para poder doblegar y cansar poco a poco a su agresivo rival.
El británico fue el que consiguió el tercer y último derribo de la pelea con un gancho de izquierda seguido de una mano derecha para enviar a Wilder de cara a la lona y dar por terminada la pelea con la marca de 1:10 en el round 11, para cerrar con un duelo que se repartió por 30 rounds.
Fury consiguió su nocaut número 22 en su carrera y de paso retuvo los títulos de peso pesado del WBC y lineal.
