Una serie de dos peleas con un mexicano prácticamente desconocido y poniendo su carrera en juego, no era lo que Josh Warrington tenía en mente cuando renunció a su corona del peso pluma de la Federación Internacional de Boxeo a principios de 2021.
Las unificaciones con Can Xu y Gary Russell Jr. estaban fuera de toda posibilidad por lo que Warrington dejó vacante su correa y optó por mantenerse ocupado contra Mauricio Lara. Fue una decisión que tuvo consecuencias drásticas.
Hace tres años, Warrington era el mejor boxeador de Gran Bretaña. Su silencioso ascenso bajo la estudiosa dirección de su manager de toda la vida, Steve Wood, hizo que el de Leeds reforzara su récord en los pabellones pequeños del norte de Inglaterra antes de que sus fanáticos seguidores despertaran el interés de Eddie Hearn, y más tarde de Frank Warren.
Una atracción de la arena, Warrington hizo el cambio a los estadios en la primavera de 2018 cuando superó todas los pronósticos y venció a Lee Selby. Más tarde, ese mismo año, una vez más con todo en contra y a pesar de poseer el cinturón mundial, Warrington fue implacable y soprendió a la leyenda Carl Frampton. Cualquier preocupación sobre la incapacidad de Warrington para operar al más alto nivel se extinguió de repente.
Otras defensas contra Kid Galahad y Sofiane Takoucht pretendían acercar a Warrington a los enfrentamientos de unificación o a los dólares estadounidenses, pero con el año 2020 apretando esencialmente las cuerdas de los bolsillos del boxeo, Warrington tendría que seguir siendo paciente. La IBF presionó para que se produjera una revancha con Galahad, pero Josh no tenía ningún interés en volver a encarar a alguien que ya había vencido.
Así decidió Warrington dejar vacante el campeonato y con un viaje a América sin planificar, el de Leeds tiró los dados con una pelea para mantenerse ocupado contra Lara. Esta pelea fue calificada por los partidarios de este deporte como una pelea inútil que no beneficiaría a Warrington en lo más mínimo, Hearn, promotor de la pelea, fue ridiculizado por muchos cuando declaró audazmente que Lara sería una dura prueba y vaya que lo fue.
Durante nueve asaltos, Lara golpeó a Warrington y le propinó su primera derrota como profesional. El ex campeón del mundo cayó con fuerza en el cuarto asalto y se pasó el resto de los asaltos con las piernas inestables mientras Lara siguió con el trabajo hasta que le puso fin a la contienda cinco rounds más tarde.
Como en la mayoría de las derrotas, se ofrecieron razones y excusas para explicar por qué un peleador de nivel mundial, posiblemente el mejor de su división, fue dominado y superado por un hombre cuya reputación sólo se conocía de antemano en los círculos locales. Warrington, un boxeador de verdad, no fue el culpable de dar explicaciones descabelladas sobre la forma de su derrota, pero otra derrota ante Lara este sábado hará que incluso sus partidarios más fervientes tengan dificultades para explicar el motivo.
En febrero, Warrington peleó en una arena vacía debido a las disposiciones de bloqueo a las que se adhería entonces Gran Bretaña. Un boxeador ampliamente conocido por alimentarse de la energía de sus fans, ¿contribuyó el ambiente tan silencioso como una biblioteca a una actuación plana, que no le permitió demostrar la misma ferocidad que fue tan impresionante contra Selby y Frampton? Un esperado recibimiento entusiasta en Headingley este fin de semana debería eliminar ese problema.
¿Qué hay de su compañero de gimnasio, Reece Mould, que sufrió una brutal derrota ante Leigh Wood momentos antes de que Warrington subiera al ring? Si eso causó un fuerte impacto, entonces Warrington podría querer evitar el resultado de Jovanni Straffon contra Maxi Hughes hasta después de su propia pelea, ya que este último es una parte central de su campamento en la preparación de la revancha con Lara.
¿Y qué hay de de la posibilidad de que Warrington simplemente pasó por alto a Lara con su mente puesta en los lucrativos nombres de los pluma? Si ese es el caso, y a menudo lo es, Warrington es muy consciente de la amenaza que estará frente a él en el ring dentro de unos días. Ha soportado lo mejor de Lara y sabe exactamente lo que le espera esta vez.
Warrington se encuentra en un lugar que los boxeadores desprecian. Una segunda derrota ante Lara marcará sin duda el final de una brillante carrera que hace unos meses no mostraba signos de estar cerca de la puerta de salida. Warrington, y su equipo, hicieron una gran apuesta en febrero y no les salió bien. Han hecho lo mismo por segunda vez y es una elección que simplemente no puede ser contraproducente.