La situación de los running backs dentro de la NFL ha sido uno de los temas más tratados durante el verano por jugadores, liga y aficionados. Situaciones como la de Saquon Barkley (renovado a última hora por un año tras recibir el tag), la de Josh Jacobs (con el franchise tag impuesto, pero sin firmar) o la de Dalvin Cook (cortado este verano tras ser uno de los mejores jugadores en los Vikings) han encendido todas las alarmas.
Cada vez es más complicado que un running back se lleve un gran contrato tras su acuerdo rookie. El desgaste que acumulan estos jugadores durante cada año en la NFL está generando que propietarios y GM de los equipos se decidan por jugadores rookies antes que por renovar a sus estrellas del backfield, a las que no quieren pagar como antaño. Con esto, grandes jugadores, como Cook, que sí firmó un segundo contrato, ven como su camino se limita dentro de la liga.
Ante esta situación, algunos running backs tuvieron una reunión telemática unas semanas atrás para intentar encauzar su situación y encontrar soluciones. Liderada por el running back de los Chargers, Austin Ekeler, varios de los jugadores más destacados de la posición hablaron a través de zoom, sin encontrar ninguna solución concreta.
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Los Running backs de la NFL, ¿devaluados?: "Estamos fastidiados para los próximos años"
Frank Jansky/Icon Sportswire via Getty Images
El último en pronunciarse ha sido Melvin Gordon, uno de los running backs más veteranos de la liga y actualmente en los Baltimore Ravens.
"Estamos fastidiados, esa es la sensación. Al menos por los próximos años", afirmó Gordon a ESPN, refiriéndose a que el actual CBA, que establece que los contratos rookies son de cuatro años con una estructura ya marcada, está acordado hasta 2030, dejando muy poco margen para cambios hasta entonces.
Gordon también se pronunció sobre la reunión que tuvieron sus compañeros: "al final, el hablar esto o lo otro no va a solucionar nada", dijo.
"Creo que solo tenemos que brillar en los momentos más importantes cuando lleguemos a los playoffs. Los corredores que están en ese equipo deben tomar la iniciativa para decir, ¿sabes qué? Voy a tomar el relevo".
El actual jugador de los Ravens, que firmó un acuerdo de un año con Baltimore este verano con un contrato no garantizado, también lanzó un mensaje de esperanza para la posición de running back. "La liga está cambiando, apesta que se esté convirtiendo en una liga de solo pase, pero sigues necesitando un buen juego de carrera, no nos olvidemos de eso".
El siguiente asunto caliente, el de Jonathan Taylor
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Uno de los casos más controvertidos del verano en cuanto a running backs es el de Jonathan Taylor. El jugador de los Colts, uno de los más destacados de los últimos años (sobre todo en la temporada 2021), entra esta temporada en su última campaña de su contrato rookie. Un contrato que le garantizaba 7,8 millones a lo largo de 4 años.
Ante esta situación, a falta de una temporada para quedar libre, lo habitual sería que Jonathan Taylor y los Colts alcanzasen un acuerdo de renovación a la altura del jugador (más de 1800 yardas de carrera en 2021), pero la situación está completamente rota.
Tras los casos de Barkley, Jacobs y Pollard, que no fueron renovados este verano y recibieron el Franchise Tag (que establece un sueldo por un año en la media de los cinco mejores jugadores de la posición), Taylor pidió en torno a 16 millones por temporada para continuar en Indianapolis, un sueldo que le convertiría en el RB mejor pagado de la competición. Los Colts rechazaron la oferta.
Además, las polémicas declaraciones de Jim Irsay, dueño de los Colts, menospreciando a los running backs tras su reunión por zoom, colmó la paciencia de un Taylor que ha pedido el traspaso a los Colts, sin demasiada expectativa de que estos le dejen salir de aquí a que finalice su contrato a final de la próxima temporada.
Difícil salida para los running backs
(Getty Images)
Con todos estos casos en ebullición, parece claro que la situación de los corredores está devaluada en la NFL. Una transición aún más pronunciada hacia el pase y el desgaste físico que supone la posición son un problema que se viene acentuando con los años.
A los equipos ya no les conviene renovar a un running back estrella por muchos años y mucho dinero, puesto que la mayoría de ellos pierden mucho rendimiento pasado poco tiempo tras su renovación. La 'vida útil' de un corredor no se corresponde con los tempos que establece un segundo contrato en la NFL, que lleva a un jugador hasta el séptimo u octavo año en la liga.
La relativa facilidad que están encontrando los equipos para hallar running backs funcionales en rondas bajas del Draft en los últimos años tampoco les ayuda. Casos como el de Isiah Pacheco, sexta ronda del Draft de 2022 e importante en la victoria en la Super Bowl de los Chiefs, echa más arena sobre una situación complicada para los running backs veteranos.
No parece que haya una solución fácil para ellos. Ni siquiera el hecho de ser un corredor dual, con capacidad para salir a recibir pases, supone una garantía dentro de la actual NFL. Casos como el de Christian McCaffrey o Alvin Kamara, running backs de este estilo que recibieron una gran extensión hace unos años, parecen complicados de repetir en estos días.
El próximo verano, varios de los mejores running backs saldrán al mercado de agentes libres, ya sea con su contrato rookie recién terminado o con su segundo contrato finalizado. Lo que ocurra con Nick Chubb, Derrick Henry o Jonathan Taylor será un buen termómetro de la situación. Ahí podremos volver a valorar si la posición ha recuperado fuelle o sigue en caída libre.